Dominga Sotomayor, cineasta chilena y parte del jurado de Berlinale: “Hay que decir lo que está pasando en nuestro país”
Dominga Sotomayor (Santiago, 1985) directora de cine y guionista, sin lugar a dudas una de las cineastas chilenas más renombradas de los últimos años, vuelve a Berlín para formar parte del jurado de la edición número 70 de la Berlinale, Festival Internacional de Cine de la capital alemana que se está desarrollando desde el 20 de febrero al 1º de marzo. Esta es la segunda vez que la cineasta está presente en el aclamado festival ya que el 2015 presento su segundo largometraje “Mar” en el Forum de la Berlinale.
Entre película y película y una agenda muy apretada, conversamos con ella para saber qué se siente estar de vuelta en este importante festival cine, esta vez como jurado de la nueva sección Encounters, la cual busca apoyar nuevas voces del cine y dar más espacio a las diversas formas narrativas y documentales del programa oficial. El jurado de esta categoría está compuesto por Dominga, además del japonés Shôzô Ichiyama (1963) y la alemana Eva Trobisch (1983).
“Creo que este ha sido el jurado más importante que me ha tocado representar.Es una invitación muy bonita, una gran responsabilidad y también un honor ya que es una nueva sección. La idea es destacar nuevas miradas, peliculas que vislumbran a donde puede ir dirigiendose el futuro del cine.Me invitaron hace muchos meses a ser parte de este jurado y siento que tiene que ver con el cine que yo hago también. Ha sido muy motivante ver estas películas, porque tiene que ver con lo que a mi me interesa del cine. Ponerme desde otras miradas, tratar de siempre estar “incomodándome” e incomodando para generar una reflexión, tratando de abrir el lenguaje, de probar formas distintas. En esta sección, cada película tiene algo que nunca antes hemos visto, que muestra un mundo que uno no conoce o desde un lugar que uno no se ha puesto.No se trata solo de las temáticas o de las historias sino de cómo están contadas esas historias y la voz de quién las está contando. Es justamente lo que me interesa del cine, ver películas donde uno dice “esta película no la podria haber hecho otra persona” y por algo la hizo con una mirada particular.
¿Qué tipo de mensajes se abordan en la competencia? ¿Tienen un enfoque político, de denuncia o crítica social?
-Yo creo que lo político tiene que ver con el lenguaje también, con darse la libertad de crear. Ya es político el posicionarse desde una mirada, de ponerle atención a algo y hacerlo público en una película, eso ya es un acto político, de visibilizar algo. En esta sección no necesariamente las temáticas son lo importante, sino que tiene que ver con las narrativas, con la forma.
A veces lo “politico” también tiene que ver con incomodar al espectador, con darte tiempo y espacios. Un elemento muy interesante ha sido que todas estas películas de la sección, en vez de hacer que te olvides de ti mismo, te hacen conectarte contigo mismo y eso es lo que incomoda. Ver algo que no querías ver. Son películas que te quedan dando vuelta, que te desafían, que te dejan con la mente activa, tratando de entender o viviendo algo que no necesariamente tenías ganas de vivir.
¿Y cómo se da esta dinámica entre quienes conforman el jurado para elegir las películas?
-Los jurados siempre son subjetivos y el hecho de que el Festival nos haya elegido a nosotros tres es porque confía en nuestras subjetividades. Se genera un diálogo muy interesante, donde se aborda cuál es el sentido del cine hoy, por qué estás películas deberíamos premiarlas o por qué no. Al final los festivales y los premios tienen que ver con ponerle un foco de luz a ciertas películas que después puedan tener repercución en los espectadores. Te hace preguntarte muchas interrogantes que tienen que ver los estos mensajes que las películas intentan abordar.
La Berlinale 2020 ha elegido a Chile como el país en “foco” del festival, iniciativa que ofrece a la industria cinematográfica nacional una plataforma especial para presentar las películas y proyectos audiovisuales, donde los mismos cineastas pueden generar lazos entre diversos países. Esto se da en medio de la crisis social que se vive en Chile, que también se ha hecho presente a través de diversas manifestaciones en Berlín.
¿Cómo se vive la crisis actual de Chile en este espacio en donde el país ha estado en el foco de la industria cinematográfica?
-He vivido muy de cerca todo el estallido social de nuestro país y los cineastas en Chile estamos súper organizados.Creamos un grupo de que llama “Ojo Chile” con una serie de actividades e iniciativas. Es fuerte alejarse ahora de Chile, pero estamos representando a todos los que están allá también, tratando de hacer campaña por las votaciones del pleciscito que se viene en abril, tratando de visibilizar lo que esta pasando.Es muy difícil separar mi rol de cineasta con el de chilena, con mi responsabilidad como ciudadana. Yo creo que la política volvío a las personas en Chile y tenemos la responsabilidad de “cargar” en el buen sentido, el peso del cambio. El Festival me esta poniendo en un lugar en el que yo tengo una responsabilidad. Es un momento de bastante incertidumbre donde uno pone en perspectiva su trabajo, donde te cuestionas por qué hago esto o no hago esto, por qué me voy de Chile o no, hago o no otra película, por qué estoy en el jurado o no.
¿Y por qué eliges estar acá en este momento?
-A mi me parece que la libertad en el cine tiene que ver con apoyar la democracia también, creo que el arte tiene un rol super político y muy importante. Entonces creo que si este Festival esta poniendo un foco en Chile es un gesto importante. En general pasa en Chile que los gestos vienen de afuera y luego repercuten en nuestro país. Creo que es un momento donde los que podemos desde nuestro lugar apoyar la cultura debemos hacerlo, y más que nunca hoy que está todo enlazado. Estar acá es ser una voz de Chile afuera. Hay que decir lo que está pasando en nuestro país. En este momento se está poniendo el foco no solo en las películas de Chile sino que en todo lo que está pasando y nosotros tenemos la responsabilidad de decir que Chile no es un oasis, que en Chile se están violando los Derechos Humanos, y que toda esa represión tiene que ver con grupos minoritarios que quieren evitar cambios. Lo unico que se esta pidiendo en Chile es dignidad, es algo básico y tenemos que decirlo.
¿Cuál es tu rol como mujer y cineasta en este cambio que vive Chile?
-A veces uno se siente un poco inútil como cineasta, sobretodo en las manifestaciones. Yo pensaba pucha no soy enfermera no puedo curar a nadie, no puedo hacer cambios en la Constitución tampoco, etc. Yo creo que cada persona desde su fragilidad y sus capacidades intenta hacer algo. Y bueno si hoy me toca estar acá de jurado, puedo aprovechar la oprotunidad de decir lo que pasa.
¿Cómo se han ido organizando como gremio a raíz del estallido social?
-Pasó algo muy bonito que a raíz del estallido se fueron como los egos, las productoras o autorías y nos organizamos como una gran comundiad de cineastas. Todo partío como con un grupo de whatsup donde habían 250 personas y luego le pusimos un nombre “Ojo Chile” y nos hemos juntado para aportar desde nuestra vereda. Creamos un cine de barrio donde nos juntamos para tener reuniones periódicas, talleres y encuentros. También hay grupos que registran material para mostrar lo que pasa en las manifestaciones en Chile y en otros países. Hemos hecho encuentros con abogados constitucionalistas para entender también por qué es importante cambiar la Constitución y así bajarlo a un lenguaje más común y accesible. A todos nos tocó de sorporesa aprender de temas que teniamos olvidados o que de frentón no sabiamos.
¿Cuál crees que es tu rol en la sociedad como mujer y cineasta?
-Yo creo que tenemos una responsabilidad como personas, no me gusta pensar ni como “mujer” o como “cineasta” o “latinoamericana”. Yo creo que uno tiene la responsabilidad de hacer micropolítica, uno a uno, cara cara y día a día. Me mueve la resistencia cultural, me siento con buena llegada en comunidades, me gusta unir grupos, movilizar a personas y eso se me da naturalmente. Me toca viajar entonces puedo ser una conectora de personas, de grupos y países. Me parece que debemos sacarnos estas catergorías y pensar como personas que responsabilidad tenemos. Debemos ser genuinos, honestos, y hacer lo que cada uno pueda. Ser coherentes y tratar de no abarcar tanto para hacer las cosas bien.
Para mi hacer cine también es crear comunidad, trabajo con las personas que quiero, me importa mucho más el proceso de creacion de la película que a donde va a llegar. La película “Tarde para morir joven” fue precisamente eso, se creo una comunidad para retratar otra comunidad. Fue una pelicula qu nos cambio mucho a todos en el proceso de creación.Me siento con la libertad de hacer cosas que quiero y que me importan y sobretodo pasar tiempo con las personas que me interesan.
¿En qué proyectos estas trabajando actualmente?
-Actualmente estoy escribiendo otra pelicula que podría lanzarse el 2021 y estoy trabajando en una serie en Chile que no puedo dar detalles. En marzo inaguramos el “CCC” que significa Centro de Cine y Creación, el cual busca fomentar la creación de cine y ser un espacio abierto a la comunidad, donde habrán talleres y un microcine para vincular a profeisonales del mundo audiovisual con la ciudadanía.El proyecto viene a ser la nueva casa del cine chileno, un lugar abierto para la comunidad, un aporte al barrio para generar encuentros abiertos.Un lugar que sea transversal, que no sea ni del Estado ni de universidades.
¿Cuál es tu fuente de inspiración? ¿Qué te inspira a crear tus guiones, peliculas y proyectos?
-Tiene que ver con la vida, con lo que observo. No me voy tan lejos. Me llegan imágenes, de lo que he escuchado, con la memoria, pero nunca voy muy lejos de lo mio. Trabajo mucho con lo que se me esta olvidando,que quiero que quede registrado. Tiene que ver con capturar con lo cotidiano, muchas cosas que a veces parecen ser insignificantes pero que tienen importancia para mi enmarcar.