Los días del "Comandante Ramiro": Abogado acusa que sanciones al ex frentista buscan "reivindicar la figura política de Jaime Guzmán"
Habían dos gendarmes que debían vigilar constantemente a Mauricio Hernández Norambuena, el ex frentista conocido como "Comandante Ramiro", implicado en el asesinato de Jaime Guzmán y el secuestro del heredero de El Mercurio, Cristián Edwards. Esas presencias eran parte del régimen impuesto por Gendarmería. Según un informe médico del departamento de Derechos Humanos del Colegio Médico, sus días eran: 21 horas dentro de la celda, una hora y media en el patio. Tras una evaluación de las condiciones, un informe elaborado por el mismo organismo médico mostró una conclusión lapidaria: "La actual situación de reclusión en Chile, son muy consistentes y concordantes con la definición de tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes reconocida a nivel internacional".
Fue en ese escenario, bajo esa presión, si se quiere, que uno de los gendarmes que lo custodiaba escuchó decirle, en 12 de enero pasado, que se fugaría nuevamente (tal como en 1996), que "no quedaría ningún funcionario" por el procedimiento mismo, y que sería más increíble que cuando apareció un helicóptero en la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) y se dio ese instante de balas de una lado al otro.
[Te puede interesar: Informe del Colegio Médico establece que Mauricio Hernández Norambuena estaría siendo torturado]
Esa frase fue la que motivó la solicitud de modificación en su reclusión (a modo de sanción, Gendarmería solicitó al Séptimo Juzgado de Garantía que le quitarían las dos únicas visitas semanales de las que dispone). Y así fue que lo escuchó Mario Cid, el alcaide del la CAS. Pero para Laura Hernández Norambuena, hermana del Comandante, que tales palabras hayan salido de la boca de Mauricio, es un escenario difícil de creer.
"No ha dicho eso, porque es absurdo", resume ella.
Más allá de las opiniones, para Alberto Espinoza, el abogado del "Comandante Ramiro", hay una lectura política de los hechos. Su análisis considera al superior jerárquico de la Gendarmería de la CAS, que es la dirección nacional; y que esta, a su vez, depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, liderado por Hernán Larraín (alguna vez señalado como discípulo de Guzmán).
"Las razones (de la sanción) no las podemos explicar si es que no son porque Mauricio representa una historia política de Chile, que fue la lucha del FPMR en la dictadura militar. Él es un referente político, sobre todo en este momento en que hay una explosión social frente a una situación de injusticia generalizada", introduce el abogado Espinoza. Y sigue: "Hay una política de neutralizar a Mauricio desde un punto de vista humano y político. Esto responde a una política de Estado, institucional, que está monitoreada por las jerarquías de Gendarmería". Luego, enlista la cadena de mando.
Por lo pronto, el régimen carcelario en el que está viviendo el Comandante Ramiro fue ratificado por la Corte Suprema, lo que significó un rechazo a la sanción de Gendarmería (la privación de visitas). Además, establecieron que esas condiciones (las horas en la celda y las reducidas horas de patio) no pueden mantenerse de manera indefinida, sino que deben ser evaluadas con criterios calificados.
Pero hay además, o al menos para Espinoza, una lucha política: "No tengo dudas que a través de esto se busca reivindicar la figura política de Jaime Guzmán".
Contra el legado del senador
El origen de la Constitución actual es atribuido al senador UDI Jaime Guzmán. El estallido social que comenzó en 18 de octubre pasado dio forma, de manera paulatina, a un gran cambio: una nueva Carta Magna. Las respuestas ante el descontento han sido también la muestra de opciones para perpetuar el actual escrito, o para cambiarlo, pero bajo ciertas condiciones. El diálogo político y el pulso ciudadano es un tema; el interpretar la demanda de las calles como terminar con el último legado de la dictadura y en particular, con Guzmán, es otra.
Justo un día antes de las explosiones en las estaciones de Metro, los estados de excepción, los toques de queda, los militares en la calle, los daños oculares y más, Laura visitó a Mauricio en la cárcel. Hoy ella recuerda esa empatía que él le reflejó: "Él se identificaba como parte de esa primera línea. Hay que entender que la primera línea, hace más de 30 años, fueron ellos", recuerda.
Finalmente, es su hermana la que asume que este estado de cambio que se vive en Chile es también la esperanza de "un mejor porvenir" para su hermano, como para todos.