César Albornoz: "La Nueva Ola hay que perfilarla como una historia digna de Chile”
Curiosamente, pese a abrir caminos en los estudios del rock chileno desde la historiografía a fines de los años 90, la primera publicación de César Albornoz fuera de la academia vio recientemente la luz. Su primer libro, El origen del rock chileno. Entrevistas a fundadores de la Nueva Ola (Cinco Ases, 2019), instala la mirada en los relatos de aquellos actores que vivenciaron el arribo del rock n’ roll a Chile, con su mirada profesional de Doctor en Historia, pero la pasión democratizadora del amante del rock.
Tanto tu tesis de pregrado como tu tesis doctoral comenzaron situándose en el rock chileno, pero se ampliaron hacia la historia de Santiago y la cultura de masas. ¿Por qué de todos esos elementos que visitaste en tu carrera decidiste publicar sobre la Nueva Ola en particular?
Si bien mi objetivo siempre fue el rock, tuve que hacerme la pregunta: ¿hay rock sin rock n’ roll? Claramente no. Entonces, vino la segunda pregunta: ¿y qué pasó con el rock n’ roll en Chile? Así llegue a la Nueva Ola, de la necesidad de estudiar el origen del rock chileno en Santiago. Me pareció fascinante. En mi tesis doctoral, por ejemplo, no aparece el rock hasta el final y me concentro, sobre todo, en el momento germinal.
Para establecer el corte entre rock n’ roll y rock, debiste arriesgarte a definir el fenómeno del rock.
Tuve que hacer eso, lo que es bastante complejo, pero hay que jugársela. Intelectualmente no puedo abordarlo desde el punto de vista musical, porque no soy músico, pero como historiador logré desarrollar una definición cultural, que tiene que ver con el rock como experiencia histórica con los siguientes atributos: transgresor, sonoramente libre, joven y contingente. Eso en Chile empieza a pasar recién desde 1967. Siempre es polémico definir esto y eso es justo lo entretenido.
Entonces, ¿la necesidad de prestar atención a la Nueva Ola solo se entiende en su cualidad explicativa del rock o hay algo en la Nueva Ola que la haga interesante por sí misma?
La Nueva Ola representa al hombre masa, al anónimo. Mi vieja escuchaba la Nueva Ola y no siempre ese sujeto social, ese pueblo, esa masa con sus gustos y prácticas tiene espacio en la historia. La Nueva Ola hay que perfilarla como una historia digna de Chile.
Hay una intención de desprejuiciar la Nueva Ola.
Claro, porque ha sufrido el típico prejuicio del pop, porque acá no vas a encontrar contingencia, no vas a encontrar compromiso. A lo mejor vas a encontrar menos excelencia sonora y musical de lo que quisieras, pero fue muy escuchado, muy atendido, todavía con mucha presencia social en la generación que actualmente es la tercera edad, que fue la primera generación en Chile en vivir la juventud como experiencia sociocultural. Antes de ellos había jóvenes, pero no había juventud. En Chile, el rock n’ roll generó juventud.
Una juventud bastante más edulcorada que la que se muestra en películas clásicas como Semilla de Maldad.
Los primeros jóvenes con jopo y jeans escuchaban Nueva Ola, no a Lucho Gatica, pero no por eso eran pandilleros como los de las películas gringas. Es verdad que era una juventud poco crítica y poco existencial y claramente fueron opacados en la historia por la generación joven posterior, la del revolucionario de mediados de los 60 en adelante, que es hippie o militante y que en Chile si es existencialista y crítico.
Imagino que de todas formas hubo resistencia de parte de la adultonorma a los primeros rocanroleros santiaguinos.
La verdad es que bastante poco. Eran una generación bien inocua, cuyo máximo acto de rebeldía era fumarse un pucho. Lo que sí encontré era resistencia de la prensa en torno a la congregación de masas jóvenes. La prensa se espantaba cuando se juntaba un tumulto de gente que gritaba, chillaba, que podía romper cosas o cuando había un desmayo de una chica, pero eso es algo que ya se documenta desde 1946, con la visita de Jorge Negrete a Chile. Lo que hubo, fue una confusión heredada del mensaje estadounidense, que a veces relacionaba al delincuente de chaqueta de cuero como colérico.
¿Era una rebeldía más estética y comercial?
La verdad es que fueron bastante menos rebelde de lo que yo hubiera querido. No se iban de la casa, no consumían drogas, Peter Rock era desordenado, pero sano, no rebelde. Luis Dimas también era eso, desordenado, pero más sano imposible. Esto se debe a la realidad social de Chile como país subdesarrollado, donde la principal preocupación era social, la pobreza, la marginalidad.
¿Cuán importante fue la Nueva Ola para el futuro desarrollo del rock?
Independiente de que la Nueva Ola en términos de sonido fuera bastante menos rocanrolero de lo que uno espera, el rock n’ roll emerge en contexto nuevaolero. En Chile, fue más Paul Anka que Chuck Berry, o más Neil Sedaka que Little Richard, pero grandes exponentes rockeros chilenos surgen ahí. Carlos Corales venía de Gina y Sus Tickets, Los Mac’s y Los Blue Splendor surgen como grupos de Nueva Ola antes de hacer algo más rockero.
¿Por qué publicar este libro pensando en la divulgación más que en la academia?
Varías de las fuentes orales de las entrevistas que realicé quedaron en el Archivo de Música Popular de la Universidad Católica y casi nadie los consultaba para investigar, porque muy poca gente sabe que existe el archivo, entonces decidí socializarlo. Además, los entrevistados cuentan sus anécdotas con tanto entusiasmo, algunos ya están más viejos porque han pasado años desde que las realizamos y otros lamentablemente fallecieron, así que por respeto a ellos pensé en que estas entrevistas debían presentarse al público.