De fútbol y algo más: Sin justicia no hay fútbol
Finalmente la ANFP decidió terminar los campeonatos. En esto mucho tuvo que ver el rol que jugaron los hinchas, especialmente las barras. Marchas, protestas y llamados a boicotear el normal desarrollo de lo que quedaba de campeonato fueron la justificación. Esto, para algunos periodistas ha generado dudas sobre la honestidad del compromiso y activismo de los hinchas, instalando la idea de que habría otras razones para su movilización masiva, llegando a deslizar que podrían existir motivos económicos.
Debemos ser enfáticos al respecto, las hinchadas son constituidas por una diversidad muy amplia, que al que no es cercano a este fenómeno, de seguro sorprendería y mucho. Así que intentar explicar lo que sucede desde argumentos totalizantes no solo es complejo sino que además no tiene sentido.
Abundan los testimonios de hinchas de diferentes clubes y organizados de diferentes maneras, que nos hablan del cómo se sienten llamados a participar. No debido a una orden, cual ejército, sino más bien se pliegan a convocatorias muchas veces contingentes y no pocas veces anónimas. Por otra parte es necesario insistir en que mucha gente sale a la calle con su camiseta por su lejanía de las instancias de participación tradicionales. Además, encuentran en los clubes, un elemento de identidad que comparten con sus pares, vecinos, compañeros y colegas.
Desde que partió el llamado “Estallido social”, el INDH ha estado en terreno haciendo observaciones y recopilando información. En el balance que corresponde al intervalo desde el día jueves 17 de octubre al martes 3 de diciembre podemos resaltar:
Que como Instituto han presentado 678 acciones judiciales, 6 por homicidio; 458 por torturas y también se han presentado 106 por violencia sexual (desnudamientos, amenazas, tocaciones y 4 violaciones). Estas acciones representan a 930 víctimas (191 mujeres, 560 hombres y 179 niños, niñas y adolescentes). Además han recopilado antecedentes de 241 personas con heridas oculares. Dentro de estos casos algunos han tomado mayor relevancia mediática transformándose en casos emblemáticos. Algunos de ellos han tenido una relación muy cercana con diferentes clubes del fútbol chileno.
Alex Núñez era eléctrico y tenía 39 años, vivía en Maipú y era padre de tres hijos. El domingo 20 de octubre tuvo que salir en pleno toque de queda a realizar unas entregas siendo interceptado por la policía. Los carabineros sin identificación lo golpearon de manera brutal, sobre todo en la cabeza. Luego, se levantó como pudo para llegar a su hogar. Al otro día sus familiares notaron que no estaba consciente y llamaron a emergencias. Una ambulancia del SAMU lo llevó al hospital: Edema cerebral, TEC cerrado y fractura de cráneo. Murió a los pocos días a causa de la golpiza.
Gustavo Gatica es un estudiante de sicología de 21 años y el día 8 de noviembre se encontraba en el sector de la Plaza de la Dignidad, cuando fotografiando la protesta fue alcanzado por balines disparados por carabineros. Eran cerca de las 19:00 hrs y Gustavo comienza a recibir ayuda del personal médico que de manera voluntaria ayuda a los heridos. Al darse cuenta de la gravedad de la situación un enfermero intenta llevárselo para que recibiera atención médica, pero la represión era terrible. Lacrimógenas y perdigones eran disparados constantemente. Fue cuando un grupo de la hinchada de Colo-Colo se acercó y se enfrentó a la policía, haciendo de escudo humano, para que Gustavo pudiera salir de ahí. Finalmente tras casi 15 minutos, pudo ser trasladado a la Clínica Santa María, donde finalmente perdió la visión de ambos ojos.
Ambos hinchas de Colo-Colo, Gustavo socio al día del Club.
El 20 de octubre en La Pintana comenzó un incendio. Tras ser saqueado, un Construmart ardía en llamas, en un incidente que aún está rodeado de dudas. Luego de apagado el incendio se descubren dos cuerpos dentro, uno de ellos era Eduardo Caro. Tenía 44 años. Sus amigos lo describen como un buen padre y amigo, preocupado de sus cercanos, en especial de aquellos que tenían problemas de drogadicción a los que constantemente ayudaba buscando trabajo. Siempre iba a la feria con sus hijos, siempre con su camiseta de la UC.
El viernes 15 de noviembre, tal como miles de personas, Abel Acuña, se dirigió a la Plaza de la Dignidad. En marzo se había titulado de Técnico en Laboratorio clínico y banco de sangre y ese día, estaba protestando.
En horas de la tarde comenzó la represión de la policía lo que generó corridas de todos los manifestantes por el miedo a los balines y por efecto de los gases lacrimógenos. Para Abel eso fue demasiado y producto de lo anterior cayó al suelo descompuesto. Lamentablemente tras comenzar a recibir atención médica la policía insistió en atacar, agrediendo a las personas que prestaban primeros auxilios. Todos ellos con vestimenta que los identificaba. Este segundo ataque fue mortal para Abel que no fue capaz de sobrevivir a los gases. Tenía 29 años y era hincha de la U.
Los clubes de fútbol generan un alto grado de identificación pero no solo al ganar un partido o un campeonato. Los hinchas se reconocen como parte de una institución pues han sido espacios de socialización muy importantes en que han generado altos grados de solidaridad. Por lo que las muertes y lesiones han provocado un sentimiento de pesar, rabia y búsqueda de justicia, y para ir en su ayuda, se han realizando bingos, rifas, eventos solidarios, colectas y campeonatos de baby fútbol.
Quizás el gesto más conocido fue la visita a Gustavo por parte del presidente de Colo-Colo Edmundo Valladares junto a los ídolos Marcelo Pablo Barticciotto y Esteban Paredes. El club se ha mostrado muy cercano a la familia, con la que ha estado en comunicación en todo momento. Se están planificando actividades solidarias por parte del club, porque cuando un hincha o un socio se ve afectado, el dolor se traspasa a la institución. Porque además, finalmente, todos sabemos que cada uno de ellos, pudimos ser nosotros.