Al poco tiempo de asumir como directora nacional de la Fundación para la Promoción y el Desarrollo de la Mujer (Prodemu), en marzo del año pasado, Paola Diez Berliner ordenó arreglar el edificio del nivel central. El trabajo consistió en pintar tanto el interior como la fachada de la sede ubicada en Agustinas 1389, en Santiago Centro. El color escogido para el exterior fue una tonalidad crema, aunque fue poco el tiempo que se pudo apreciar este cambio. Al día siguiente llegó una notificación del municipio de Santiago señalando que por ser un edificio patrimonial no se podía intervenir el color original del frontis, con muros de ladrillo.

A diferencia de las reparaciones eléctricas, de la techumbre, el reacondicionamiento de escritorios que rondaron los 500 mil pesos, el servicio de hidrolavado para “despintar” tuvo un costo de 18 millones de pesos. Así, el edificio se volvió a ver tal cual como antes, mientras que, al interior, una trabajadora recuerda que el mandato fue mantener colgados solo los cuadros institucionales y el resto en marcos sobre el escritorio. “Nada de fotos de familiares colgadas en la pared”, comentó.

Lo anterior se ha dado a entender como una de las erráticas decisiones del nuevo equipo que asumió bajo la conducción de Diez y que han terminado en despilfarros de dineros, según advierten trabajadores de la institución. En la reunión de presentación de la directora, ese mismo mes de marzo, informó que la fundación –privada sin fines de lucro– atravesaba por una precaria situación económica que arrastraba un déficit de 495 millones de pesos.

Prodemu se dedica a gestionar emprendimientos de mujeres promoviendo su inserción laboral, es parte de la red de fundaciones de la Dirección Sociocultural de la Presidencia y su directorio está encabezado por la primera dama de turno. El gobierno anterior estuvo a cargo del hijo de la presidenta Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos, y, ahora, por segunda vez, por Cecilia Morel. Su actual directora, Paola Diez, fue jefa de gabinete de la ex ministra de Sernam, Carolina Schmidt y luego pasó a ser jefa del área Mujer y Trabajo de esa misma institución, mientras que su mano derecha es Denisse Madrid (RN), su jefa de gabinete.

Desde el interior de la Fundación aseguran que el déficit económico ha sido el caballito de batalla de la dirección para justificar despidos, que durante el 2018 le reportó a la institución un gasto aproximado de 650 millones de pesos, según información vía transparencia a la que accedió El Desconcierto.

Aun así, señalan que el criterio de reestructuración que ha pretendido darle a esta nueva gestión no se condice con las nuevas contrataciones que se han hecho en el último tiempo. El sociólogo y director del sindicato de Prodemu, David Cea, comentó que luego de las desvinculaciones, los puestos fueron asumidos por funcionarios externos a honorarios bajo la figura de asesorías, aunque cumpliendo las mismas labores. El costo de los asesores fue de 30 millones de pesos, según el desglose de la misma información que obtuvieron.

En una de las últimas reuniones que el director de Personas, Cristian Canales –con un pasado en la gestión de personal en El Mercurio y Enap–, sostuvo con algunos funcionarios, informó que las nuevas contrataciones se mantendrían a honorarios hasta que finalizaran los procesos judiciales en curso; la mayoría demandas laborales en contra de la Fundación. Esto, explica Oriana Rengifo, licenciada en ciencias jurídicas y secretaria del sindicato, evitaría alegar un despido injustificado porque el tiempo que se toman las empresas para formalizar los contratos es de aproximadamente seis meses.

“Están al borde de lo legal, pero logran zafar porque no reemplazan el cargo, que es lo que le impide la ley durante seis meses, pero le ponen un cargo casi similar, aunque en el fondo están haciendo las mismas funciones”, precisó.

Además, agregó que “hasta ahora el antecedente es que hay alrededor de 16 demandas ganadas y otras tantas en curso que probablemente también se van a ganar porque mantienen la misma lógica. Entonces, así justifican una cantidad de gente contratada a honorarios”.

En parte de los procesos judiciales que ha enfrentado la Fundación uno de sus abogados ha sido Alfredo Valdés, ex director de Trabajo de la dictadura y quien estuvo a cargo del proceso de exoneración que dejó sin trabajo a más de 200 mil funcionarios públicos. De hecho, fue el mismo quien se presentó en el último proceso de negociación colectiva, en octubre del año pasado, donde integró la comisión designada por la directora. Diez, en tanto, se ausentó de las reuniones.

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A comienzos de este año por primera vez Prodemu creo cargos de subdirectores en la dirección de Programas, Finanzas y Tecnología e Innovación. Este último, un nuevo departamento.  La dirección de Programas fue asumida por Catalina Toro Parot, ingeniera agrónoma de profesión e hija de la ex ministra de Bienes Nacionales de Piñera, Catalina Parot, y como subdirectora nombraron a María José Madariaga. Toro anteriormente fue concejala por San Clemente, en la región del Maule, y estuvo dedicada a las viñas “Chocalan” ligadas a su familia.

Más allá de los cargos que tendrían “cláusula de confianza”, lo que ha generado ruido entre los trabajadores es que no se hicieran concursos públicos en el caso de los cargos técnicos o se promoviera la movilidad interna desde sedes provinciales.

Sobre los balances financieros de Prodemu, El Desconcierto le consultó al ex contador nacional, Javier Ponce, quien trabajó por más de 20 años en esta Fundación.

“Puede que presupuestariamente faltaran platas en algunos ítems, pero se cuadraban con otras. No ha habido balances con pérdidas. Si bien en 2017 se cerró con 88 millones de pesos en pérdidas, registrado como gasto no operacional, pero eso se identificó y se devolvieron. Cuando se reciben las platas, se distribuyen en distintos ítems, en algunos se gastan más que en otros y ahí se pueden producir déficits, pero finalmente se cuadraron. Dineros aquí no faltan”, sostuvo.

Agregó que de acuerdo a los balances financieros, el ingreso hasta diciembre de 2017 fue de 8.803 millones de pesos y los gastos operacionales fueron por la misma cifra, por lo tanto, no hubo pérdidas. "El último balance publicado muestra que al 30 de septiembre el ingreso fue de 9.420 millones de pesos, mientras que los gastos eran de 6.728 millones de pesos”, precisó.

De los fondos que recibe Prodemu, aproximadamente 70% es traspasado vía Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (SernamEG), 20% vía Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), 3% del Ministerio de Desarrollo Social y el mismo porcentaje desde la subsecretaría del Trabajo y otros proyectos de terceros.

Además, Ponce reconoció que hasta el año pasado se registraron incumplimientos de procedimientos, por ejemplo, en el pago de mercaderías que finalmente no se recibían. “Hubo materiales para talleres donde se pagaron las facturas, pero al 31 de diciembre nunca se recibieron y se pagaban de más, hablamos de compras de entre 4 a 5 millones”, señaló.

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Rebajas presupuestarias

Oriana Rengifo, quien trabaja en la dirección regional de Valparaíso, aseguró que el despilfarro se ha traducido en la rebaja presupuestaria en programas.

“Teníamos una cantidad de plata para manejar algunas materias particulares, por ejemplo, proyectos culturales, y con eso contratábamos a colaboradores. Ahora los honorarios se redujeron por lo menos en 50 por ciento. Estas medidas en la administración se traducen una precarización en de la situación de las mujeres con las que trabajamos”, afirmó.

La presidenta del sindicato y gestora de formación y capacitación, Mary Prada, indicó que se rebajó el presupuesto para la movilización en terreno en todas las provincias y regiones.

“Esto implica que no vamos a poder atender en comunas alejadas o sectores que no son de fácil acceso, es decir, nos restringen a qué mujeres podemos llegar”, enfatizó.

Las profesionales apuntan a que la señal que está dando el gobierno es achicar Prodemu, externalizando los servicios y rebajando los dineros en distintas áreas.

“Desde donde nos llegan los fondos, Indap, todavía no se firman los convenios y eso también da para pensar que se está cuestionando la entrega de platas”, señaló David Cea.

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 “Usen sus encantos”

El pasado 8 de marzo se desplegó un lienzo del edificio central que decía: “Este día celebramos a las mujeres”.

“Nos preguntamos, ¿qué teníamos que celebrar? Esto es a nivel discursivo. Hace un tiempo nos hicieron llegar desde comunicaciones un formato de libreto tipo para las actividades que se desarrollen en la Fundación. Ahí se hablaba de derechos y deberes de las mujeres, cuando en el enfoque de derechos, estos no están condicionados por nada. La institución no puede promover el ejercicio de ´deberes´”, cuestionó Oriana Rengifo.

En la misma misión/visión institucional se repite este enfoque: “Ser una institución reconocida por su trabajo con las mujeres que promueve la igualdad plena de derechos y deberes, el empoderamiento, su inclusión laboral y social, a través de la coordinación con instituciones públicas y privadas.

“Con eso se entiende que para ella el derecho nace en la medida que cumplas con condiciones”, comentó.

Los trabajadores recuerdan que el año pasado la Dirección Nacional de Prodemu se declaró feminista, algo que llamó la atención después de un particular comentario que hizo la directora. En una celebración que se realizó, Paola Diez terminó “regalándole” a los hombres la posibilidad de ver un partido de fútbol. Ahí quedó en evidencia, cuentan, el sexismo de su iniciativa.

Todo esto tiene una bajada en las direcciones provinciales donde se habla de “capacitaciones exprés de género”.

“Hay situaciones que llegan a ser irrisorias, por ejemplo, directoras que les llegan a decir a las trabajadoras que ´usen sus encantos´ para conseguir ´cosas´”, comenta Mary Prada, desde la sede en Talca.

Además, este año primera vez se estaría implementando un voluntariado, a partir de un plan piloto que se diseñó el año pasado. A diferencia de años anteriores, en los que también se contrataban monitoras voluntarias, luego contratadas en planta. Sin embargo, ahora se estarían solicitando al menos 56 voluntarios para hacerse cargos de ciertas funciones que no están cubiertas, como talleres de mujeres.

“La lógica es que, si no hay nadie que se pueda hacer cargo, entonces que se busquen voluntarios. También, el enfoque es cuestionable porque es necesario fortalecer derechos y no seguir haciendo talleres de oficios. La instrumentalización que se está haciendo de las políticas para mujeres es evidente”, comenta Oriana Rengifo.

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La directora nacional de Prodemu, Paola Diez, fue contactada por El Desconcierto a través de su encargada de comunicaciones para conocer más detalles sobre el estado financiero de la institución, sin embargo, se informó que la directora no se pronunciaría sobre el tema.