El estudio titulado “Acoso en la Era Digital” realizado por la empresa de telefonía Wom, mostró que un 77 por ciento de los encuestados cree que los chilenos son acosadores, según publicó Cooperativa. De esa respuesta, un 87 por ciento fue respondida por mujeres y un 71 por ciento por los hombres entrevistados.

El estudio reveló información respecto a cómo los chilenos somos acosados, entendiendo el acoso como una conducta de molestia y hostigamiento que provoca incomodidad en la víctima.

En esa línea, arrojó que un 32% afirma que sí lo ha sufrido, y si la cifra es analizada de manera más específica, se encuentra que un 45% de las mujeres dice haber sido víctima de acoso, al contrario de los hombres donde sólo un 20% dice haberlo sufrido. En una mirada más geográfica, en la zona central es donde más acoso se ve con un 36%, versus la zona sur donde se ve menos, con un 27%. En tanto, ante la pregunta qué tipo de acoso es el que han sufrido, el 80% de los entrevistados afirma que ha sido psicológico.

En cuanto a la percepción sobre la navegación en internet, un 45 por ciento afirmó que había presenciado cyberbulling . Incluso, aseguraron que en estas plataformas el clima es “más odioso” que en la vida real.

Sobre esto último, al ser consultados sobre cuáles son las plataformas donde más se da esta “mala onda”, el 75% de las personas encuestadas se inclinan por las redes sociales.

Andrea Osorio, Gerente de Comunicaciones y Sustentabilidad de WOM, indicó: "Creemos que es momento de que, como sociedad, nos hagamos responsables de este tipo de comportamientos. El bullying en redes sociales o el surgimiento de sitios que buscan hostigar y denostar a comunidades, no son algo que podamos pasar por alto. Con estas iniciativas, esperamos como empresa contribuir y promover el respeto a la diversidad, resaltando lo positivo de ésta, anulando este tipo de conductas".

Otra de las cifras que se desprende del estudio es que un 68 por ciento de los consultados cree que en Chile no se condena el acoso, mientras que las fórmulas para erradicarlo se concentrarían en la educación en colegios y en la familia, además de normativas que sancionen la violencia.