¿Me están weviando que a Bonco le dieron las dos gaviotas?

¿Me están weviando que a Bonco le dieron las dos gaviotas?

Por: Elisa Montesinos | 02.03.2019
Bonco, que no era nada de leso, se instaló desde su raza y era políticamente incorrecto sacarlo, pifiarlo a destajo. Porque ahí si que hubiéramos pasado a la historia por el país más racista del continente. Por eso comienza su rutina relatando que cuando llegó al aeropuerto de Chile, él era el único que entraba y todos los otros negros estaban saliendo del país. Dijo: caminé en contra de la corriente. ¿Qué está queriendo decir Bonco? La respuesta es obvia. El negro se vio en una especie de Inquisición, de hecho le dijo al público de la Quinta que todos eran blancos y él era el único negro.

Mi pelao, que es mucho más tecnologizado que yo, me contó que por las redes salió la noticia que después del show de Jorge Alís, cuando ya todo su equipo estaba celebrando con brindis, abrazos y sonrisas por el rotundo éxito, sin mediar siquiera una explicación, llegó hasta el camarín un equipo de la PDI a pedirles la documentación a su equipo. ¿Recuerdan que Alís, al final de su espectáculo presenta a su elenco, que son personas de distintos países, varios negros y negras, personas de Perú, Colombia, Uruguay, etc?

El argentino hizo un show redondo y comentado por todos, con un claro mensaje proinmigrantes, por eso es tan inverosímil que después la PDI estuviera ahí pidiéndoles la documentación. No sé, este tipo de cosas son como de película, pero de esas películas de la Segunda Guerra Mundial donde hay patrullas buscando inmigrantes para deportarlos, o en el caso de la guerra, para derechamente tomarlos prisioneros y asesinarlos. Suena exagerada esta analogía, lo sé. Pero igual es harto racista lo que pasó en el camarín y no sé si alguien tiene una buena explicación para esto.

Digo esto también porque anoche tuvimos a Bonco Quiñongo, un negro cubano que vive en Estados Unidos y que entró a la Quinta con la pinta del personaje que vive en Miami. O sea pasamos de la peña universitaria de Palma al show de casino de Miami. No sé qué está pasando en el festival, pero no hay una curatoría en esto. Podemos pasar de un humor distinto a otro, porque son noches distintas, pero tan tan distintas, no lo sé. Me parece extraño. Bonco, que no es tonto ni perezoso, hizo un... cómo decirlo, show (la palabra show es demasiado generosa) basado en el color de su piel, en su negritud. Simpático el negro, gritón, pero fome como el solo. Y cuando digo fome, me pongo malita, ¿por qué me pongo malita?, porque capaz que en Miami sea entretenido y aquí sea fome. Son lenguajes y formas totalmente distintas. La verdad yo no soy tan viajada. Con el pelao hemos ido a Buenos Aires, pero a Miami no tengo idea. Lo digo más bien por intuición. Si Bonco llegó a Chile debe ser porque en Miami la revienta. Vaya a saber una. Aunque sospecho que hay condescendencia en mi comentario.

Quizás una debe preguntarse quién fue más fome, Bonco o Palma. Todos vamos a responder Bonco, sin duda. Pero quizás sea por una cuestión de mundos, de lenguaje y sensibilidades que Bonco no prendió. No lo sé. Qué quieren que les diga. Puede ser. No lo descarto. Aunque también sospecho que alguien fome es fome aquí y en la quebrada del ají. No voy a preguntar quién es más fome si Bonco o Meruane, aunque yo creo que Meruane le gana por un pelo.

Bonco, que no era nada de leso, se instaló desde su raza y era políticamente incorrecto sacarlo, pifiarlo a destajo. Porque ahí si que hubiéramos pasado a la historia por el país más racista del continente. Por eso comienza su rutina relatando que cuando llegó al aeropuerto de Chile, él era el único que entraba y todos los otros negros estaban saliendo del país. Dijo: caminé en contra de la corriente. ¿Qué está queriendo decir Bonco? La respuesta es obvia. El negro se vio en una especie de Inquisición, de hecho le dijo al público de la Quinta que todos eran blancos y él era el único negro.

Ya habíamos tenido suficiente con lo que le pasó al equipo de Alís como para mandarse una pifiadera de aquellas, no hubiera sido correcto, de que lo pifiaron lo pifiaron, pero fueron pifias aisladas. Los chiquillos se portaron un siete. Y Bonco la hizo de oro, porque con su entrada de yo soy negro inmunizó su paso por el escenario. Inmediatamente el que pifiaba pasaba a ser un racista. Tuché.

(Ahora mientras escribo esto y he apagado la tv, me entero que a Bonco sí le entregaron las gaviotas. Y no solo la gaviota sino que una de oro también. Después de comerciales la gente siguió pidiendo la gaviota. ¿Por qué?, ¿qué pasó? ¿Y la de oro también? No entiendo nada. Estoy como Condorito ¡Exijo una explicación!. Yo veo el Festival por TV, como la mayoría de ustedes, y ni idea de los entretelones. ¿Alguna vez había pasado esto?)

Sigo: Cuando supe que venía Bonco, me prepararé, vi algunos vídeos y déjenme decirles que el negro es declaradamente misógino y homofóbico, su humor prácticamente se basa en eso. Y cuando entró al escenario pensé a este lo van a reventar. Pero no, el negro (insisto) no tenía un pelo de tonto, hizo una rutina donde casi no se le notó su misoginia. Aunque el relato de Adán y Eva fue bastante fome y machista, si hasta le puso nombre a su miembro (Isidro) y habló de que el pene del hombre es como un control remoto y  la vagina de la mujer es como una sonrisa vertical, e hizo todo una situación acerca del sexo oral y la calvicie. Si por ejemplo la hace Álvaro Salas capaz que la gente se hubiera reído más (ahí entramos de nuevo con el tema del tono y el lenguaje).

Ya que estamos cerrando estos comentarios del humor del festival y comentar a Bonco es bastante fome, debería existir un nuevo término: más fome que comentar a Bonco. Porque no hay prácticamente nada que rescatar de él como humorista. A modo de cierre hay una serie de preguntas, que me hacen caldo de cabeza. ¿Cómo es que en casi todas las noches de humor del festival, todos hablen de los genitales?

Entiendan, ¡realizar humor acerca de los genitales, es como hacer un chiste acerca de la suegra!. Un lugar común del porte de una montaña, una especie de comodín, que de escucharlo una noche, la otra y la otra, una queda como saturada.

Lo de Bonco y las gaviotas por secretaría, queda en el aire como una rareza. Quedo con una mala sensación del humor este año en Viña, que si no fuera por Alís y Avello hubiera sido una debacle. Oigan, ¿me están weviando que a Bonco le dieron las dos gaviotas? Volvamos entonces a recordar las palabras del emperador de la comedia Jorge Alís: “el chileno siempre tiene miedo a que dios lo castigue”.