En una reciente entrevista publicada en el medio digital estadounidense Brooklyn Vegan, el cantautor inglés Roger Waters, fundador de Pink Floyd y creador de clásicos como The Wall y The Dark Side of The Moon, habló sobre las anécdotas de la gira de su último concierto, Us and Them, que coincidió con el periodo entre la primera y la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que terminaron con la victoria del candidato de la extrema derecha, Jair Bolsonaro.

En los pasajes de la entrevista en los que habló de política (uno de sus temas preferidos), Waters contó sobre los intentos de la campaña de Bolsonaro por llevarlo a la cárcel y de su apoyo al ex-presidente Lula da Silva, al que intentó (sin éxito) visitar en prisión y a quien considera como un “preso político”.

Durante sus 23 días de estadía en Brasil, Waters realizó ocho espectáculos que dividieron el público al manifestar abiertamente su apoyo a la campaña Ele Não (“él no”) de las feministas brasileñas contra Jair Bolsonaro, y por poner al nombre del actual presidente en una lista de líderes de extrema derecha de todo el mundo, junto a figuras como el húngaro Viktor Orban, el italiano Matteo Salvini, la francesa Marine Le Pen y por supuesto el estadounidense Donald Trump, a los que la pantalla grande del escenario tildaba como “la nueva ola del fascismo en el mundo”.

Tal manifestación generó igual cantidad de aplausos y pifias en los estadios por donde pasó. En ese entonces, se registraron diversos videos de votantes de Bolsonaro que abandonaron el concierto alegando que “he pagado para que él cante sus canciones, no para que se posicione políticamente” - algo que irónico, considerando que Waters siempre ha sido uno de los músicos más activos políticamente en el escenario del rock, y con posiciones por demás conocidas.

Ante tal situación, la campaña de Jair Bolsonaro llegó a presentar una denuncia a la Justicia Electoral en contra del cantautor y afirmó sospechar incluso que él había sido “contratado por el PT (el Partido de los Trabajadores, de su principal adversario, Fernando Haddad) para atacar a Bolsonaro”. Los pedidos de los abogados de Bolsonaro variaron entre el pedido de prisión de Waters y la cancelación de sus conciertos.

“Me amenazaron con meterme preso por el simple hecho de manifestarme políticamente, dijeron que yo quería involucrarme indebidamente en su proceso electoral, al apoyar el movimiento #EleNão, que iniciaron las feministas y los grupos LGBTI, y que lamentablemente fracasó en su intento. Cualquier persona sabe que estoy en contra de figuras fascistas como Bolsonaro y siempre lo estaré, y al final él salió elegido pese a mi oposición a su candidatura”, afirmó el músico en la entrevista a Brooklyn Vegan.

Sin embargo, la única decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil fue sobre prohibir que se utilizara referencias en el show en Curitiba, en el día anterior al de la segunda vuelta, porque a partir de las 22 horas estaba prohibido por la ley electoral hacer mención a los candidatos, a favor o en contra - la reacción del músico fue un tanto provocativa: inició el concierto un minuto antes, en los que la pantalla principal lanzó el siguiente mensaje: “tenemos 30 segundo, es nuestra última chance de resistirnos al fascismo antes del domingo… ¡Él NO!... Son las 22h, ¡obedezcan a la ley!”. Como en otras ciudades, el mensaje despertó gritos de apoyo pero también abucheos en la platea.

En ese pasaje por Brasil, Waters también intentó hacerle una visita a Lula da Silva en la cárcel, pero tuvo su pedido negado por la Justicia brasileña.

“Traté de hacer una visita a Lula, pero el juez local me negó la oportunidad. Era un momento muy sensible, porque se acercaban las elecciones. Por supuesto que la razón por la que Lula está preso es porque él hubiera ganado las elecciones muy fácilmente, pero no pudo hacerlo porque está en la cárcel por una falsa denuncia de corrupción. Hay los que dicen que se trata de un político corrupto, pero la verdad es que está preso debido a un montaje en su contra, realizado por los que están en el poder ahora en Brasil”, afirmó el cantautor, quien también dijo considerar a Lula como un “preso político”.