La movida para ocultar la evidencia que vincula a CGE en el incendio que quemó 50 mil hectáreas en Pumanque
Casas arrasadas, zorros y carpinteritos carbonizados, boldos y palmas chilenas chamuscados, fuentes naturales de agua totalmente evaporadas. Ese fue el trágico escenario que dejaron los incendios forestales ocurridos durante el verano pasado en la zona centro-sur del país, que afectaron entre diciembre de 2016 y enero de 2017 a las regiones del Maule y O'Higgins.
Se ha apuntado como responsable del inicio del fuego a la Compañía General de Electricidad Distribución S.A. (CGE), la mayor empresa eléctrica de Chile. La compañía tiene Líneas de Transmisión de Alta Tensión en las zonas afectadas. De todo el trazado que tienen, se quemaron más de 350 kilómetros. En abril de 2017 se formalizó por su presunta responsabilidad en cinco incendios forestales de la región de O'Higgins a tres ejecutivos de CGE en el Juzgado de Garantía de Peralillo, mientras que otros tres fueron formalizados en octubre por responsabilidad en incendios del Maule.
Uno de los incendios más devastadores fue conocido como Nilahue Baraona, que, según datos de la Conaf, comenzó el día 17 de enero a las 16.35 horas por la quema de un eucaliptus en la comuna de Pumanque. La ignición original se extendió por las comunas de La Estrella, Litueche, Pichilemu, Peralillo y Marchigüe, todas de la región de O'Higgins, quemando cerca de 50 mil hectáreas.
Por este incendio la compañía se enfrenta una causa que lleva la Fiscalía de Rancagua en la que se agruparon distintas denuncias y querellas interpuestas por personas y empresas afectadas. También se enfrenta a una demanda por daño ambiental interpuesta el 10 de marzo del año pasado por la Municipalidad de Marchigüe en el Tribunal Ambiental de Santiago.
En la segunda, se concluye que CGE es responsable del siniestro, pues no cumplió con las medidas de seguridad correspondientes: mantención y limpieza de tendidos eléctricos y una franja de seguridad seis metros despejada de vegetación arriba y debajo de cada cableado.
Esto, a pesar de que durante 2016 diversas municipalidades y vecinos enviaron cartas a la empresa advirtiendo que no había hecho mantención y los riesgos que esto implicaba. Un turro de estas cartas fue encontrado en la misma bodega donde se guardaba el papel higiénico dentro la oficina de CGE en Santa Cruz.
Pero hay más. El Departamento de Prevención de Riesgos, Forestal y Medio Ambiente (OS-5) de Carabineros hizo entrega a la Fiscalía de Rancagua de un informe sobre los acontecimientos. En el documento de 74 carillas, se concluye que, además de no cumplir con las medidas de resguardo, se alteró evidencia de la responsabilidad de la empresa en el inicio del fuego.
La prueba oculta
El día 23 de enero de 2017 un equipo del OS-5 de Carabineros, encabezado por el investigador e ingeniero forestal Francisco Flores, fue al lugar donde un testigo dijo haber visto el inicio del incendio, en el fundo San José, en Hijuelas –ex Hacienda Nilahue Baraona-, cuando un cable hizo contacto con un eucaliptus.
Cuando iban en camino, divisaron un vehículo de D&M Contratistas, empresa dedicada a la poda y tala de árboles que presta servicios a CGE. Después de tomar declaraciones, siguieron su camino hasta el sitio del inicio del fuego.
Una vez ahí, algo les llamó la atención. Era el poste rotulado con el número 035840: una viga de madera impregnada, con cruce de concreto, un soporte de fijación metálica y dos aisladores de paso grises. Lo raro era la disposición de la cruceta, la parte superior del poste, que no estaba centrada en forma de T, como es habitual.
El equipo pericial decidió revisar el material fotográfico recabado en una inspección anterior, del día 18 de enero, realizada por personal de la sección de Criminalística de Carabineros de Rancagua. Fue ahí cuando lo supieron: el poste había sido modificado entre esos cinco días. ¿Por qué?
El OS-5 hizo una serie de cálculos matemáticos para recrear el trazado original del tendido eléctrico. La respuesta fue que el cable pasaba muy cerca de uno de los árboles de eucaliptus del lugar. “La distancia entre el ramaje del arbolado y cableado es menor a aquella observada el día 23 de enero del año 2017, lo que podría explicar la alteración de la cruceta y el aislador de paso entre aquellos días, a fin de modificar la distancia entre ambos elementos de interés criminalístico”, indica el informe.
Entonces, uno de los miembros del equipo trepó el árbol más cercano a la posición original del cable. Una de las ramas, separada del cable solamente por unos 5 centímetros del tendido, estaba completamente carbonizada. Según sus cálculos, era imposible que el fuego llegara hasta esa altura desde el suelo, por lo tanto la única alternativa posible es que haya sido prendida por el calor del cable eléctrico.
Como si fuera poco, los investigadores notaron que la punta de la rama no era la punta original de esta, ya que no contaba con la característica típica de las ramas de eucaliptus, que son redondeadas en la punta. Por lo tanto, la rama era todavía más larga y seguramente estaba en contacto con el tendido.
Todo lo anterior sirve como prueba para la hipótesis de que la empresa eléctrica es la responsable del incendio forestal. Entonces, ¿quién hizo la alteración de la evidencia?