Ricardo Martínez Menanteau en un nombre polémico dentro del Ejército. Y no es solo por su reciente nombramiento como nuevo comandante en jefe del Ejército, cargo que asumirá en marzo.

Su historial muestra una serie de situaciones llamativas del general, quien está pronto a llegar al punto más alto posible de la carrera militar.  Un reportaje de Radio Bío Bío da cuenta de la trayectoria Martínez, repleta de anotaciones positivas en su hoja de vida.

Esta, sin embargo, no menciona, su amplio patrimonio, su cercanía con el cuestionado ex comandante Juan Miguel Fuente-Alba, su pasado en la Escuela de las Américas ni un crítico episodio del año 2005 cuando golpeó a un conscripto.

Bío Bío da cuenta de que Martínez Menanteau posee el patrimonio más abultado dentro del Alto Mando del Ejército: $555 millones.

La abultada cifra no calza con el ingreso mensual por $3,8 millones que recibe como jefe del Estado Mayor General del Ejército. Martínez recibe una remuneración extra como miembro del consejo directivo de la Mutualidad del Ejército y Aviación, aunque en su declaración de patrimonio no especifica cuánto es. Lo único que se sabe es que en la misma posición el general en retiro Juan Miguel Fuente-Alba recibió $16 millones de pesos en 2016.

El nuevo comandante en jefe es dueño de un inmueble en Las Condes avaluado en $119 millones, dos vehículos, un millón de pesos en acciones en Ripley Corp y dos fondos mutuos por $23 millones. Bío Bío cifra en $403 millones la diferencia de su patrimonio con sus ingresos.

Precisamente Fuente-Alba fue clave en el ascenso al poder de Martínez. Fue el hoy investigado por enriquecimiento ilícito y lavado de activos quien lo ascendió de coronel a general de Brigada el año 2010, ingresando al Alto Mando.

Antes, vivió uno de los episodios más polémicos de su destacada trayectoria. Fue en el año 2005, cuando Martínez era coronel en el regimiento Pudeto, en Punta Arenas. Entonces es que se encontró con Michael Rodríguez Mella, un conscripto que estaba cumpliendo un castigo por escaparse de cuartel.

Entonces es que el nuevo comandante en jefe, según denuncia el propio ex soldado, lo habría golpeado de forma reiterada. “Me trató mal, me pegó. Cuando estaba con días de arresto en la guardia, me levantó a puntetes y patadas. Me pegó combos y desafió a pelear, porque le respondí. Obvio, si me estaba pegando. Me traté de defender, pero no pude hacer mucho. Él es comando, imponía miedo. Esa fue la única vez que tuve contacto con él”, aseguró Rodríguez a Bío Bío.

Apenas una semana alcanzaron a coincidir en Pudeto antes de que Rodríguez Mella saliera del regimiento.

Sin embargo, el hecho nunca entró en registros oficiales, pese a que se trata de una conducta prohibida en el Código de Justicia Militar. El problema es que, oficialmente, la agresión nunca ocurrió.

Además, el Ejército negó las acusaciones ante las consultas para el reportaje e incluso calificó de "calumniosas" las preguntas.

Familia militar

Martínez es un hombre de una verdadera familia militar. Su padre, Carlos Martínez Aguirre, fue coronel. Y sus cinco hermanos son parte del Ejército, incluido dos que llegaron a ser del Alto Mando.

Carlos Martínez se jubiló en 2008 con una pensión de $2,6 millones. Sin embargo, fue recontratado como asesor de la dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), donde recibe hasta hoy un sueldo de $1,5 millones.

Misma situación de su hermana Alicia, quien llegó a ser teniente coronel y se jubiló en 2007. Pese a eso, fue contratada a honorarios como asesora de la Escuela de Servicios, unidad que depende del Comando de Educación y Doctrina, a cargo de otro de los Martínez Menendeau, Leonardo.

El mejor instructor

Otro de los aspectos más polémicos de la trayectoria de Martínez ocurrió en la década de los 90.

Fue entre 1992 y 1993, cuando era capitán, que participó de la misión militar de Chile en Washington, Estados Unidos. Ahí, participó como instructor de la polémica Escuela de las Américas, siendo incluso premiado como el mejor de todos.

La Escuela de las Américas fue creada por Estados Unidos bajo la lógica de la Doctrina de Seguridad Nacional. De ahí se graduaron 60 mil militares de 23 países latinoamericanos, donde se les enseñaron técnicas de "contrainsurgencia".

Manuel Contreras, ex director de la DINA en la dictadura de Pinochet, fue alumno de la Escuela de las Américas. También pasaron por ahí Manuel Antonio Noriega, dictador de Panamá y Vladimiro Montesinos, polémico asesor de inteligencia de Alberto Fujimori en Perú, clave en los asesinatos masivos que se concretaron en su gobierno.