Sesgo de clase: La derecha movilizó más de 12 mil nuevos votos en Las Condes
El análisis de los datos de la segunda vuelta de este domingo en las comunas de la Región Metropolitana demuestran que los efectos del voto voluntario, la desafección política y la desigualdad siguen siendo las piedras en el zapato que complican la recogida de votos de las opciones que salen por fuera de la derecha.
Esa podría ser una de las explicaciones del por qué Sebastián Piñera logró ganar en el balotaje luego de que todos los analistas consideraran que si la participación superaba el 50%, la victoria sería por Alejandro Guillier.
En la RM, el voto de Piñera tuvo una movilización importante, mucho más que en la primera vuelta. El comando de derecha activó todas sus redes formales e informales para llamar a votar por el empresario. Así, en Las Condes, por ejemplo, hoy se registraron 12.000 votos más que en noviembre, siendo la comuna que anotó un aumento mas significativo del voto de derecha. Por otra parte, en Providencia sumó más de 5.000, en Ñuñoa más de 6.000 o en La Reina casi 3.500 votos de más.
Por su parte, Alejandro Guillier sumó hoy entre los 1.500 y los 2.000 nuevos votos en las comunas más pobres de la RM, donde ya logró imponerse en la primera vuelta. Por ejemplo, Cerro Navia, donde Guillier sacó 2.260 votos más con un total de 51.889; La Granja, donde sumó más de 2.100 votos, quedando con 47.367 o La Pintana, donde recaudó 1.412 de más quedándose con 51.208.
En Lo Espejo, Guillier recogió 2.030 votos de más respecto el pasado mes de noviembre (total 40.989); en Pedro Aguirre Cerda sumó 2.540 votos más (total 48.635), en Renca superó por 1.991 votos el resultado anterior (total 50.442); en San Joaquín obtuvo 2.144 votos más (total 41.541) y en San Ramón convenció a 2.217 personas más respecto a los comicios anteriores (total 39.030).
Los datos muestran que pese a que el oficialismo aumentó y duplicó sus votos respecto a la primera vuelta, recogiendo un total de 3.154.713 votos, los esfuerzos no fueron suficientes para alcanzar la movilización que, por lo menos en la Región Metropolitana, la derecha fue capaz de llevar a cabo en el mes que separó ambas convocatorias.