El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, movió ficha este miércoles tras el pleno en el Parlamento de Cataluña en el que el presidente catalán, Carles Puigdemont, declaró una independencia suspendida para dar margen al diálogo.

Rajoy, quien ofreció una declaración institucional sin preguntas tras un consejo de ministros extraordinario, anunció el requerimiento formal al gobierno de la Generalitat sobre si ha declarado la independencia de Catalunya. "Este requerimiento es previo a cualquiera de las medidas del gobierno que puede adoptar al amparo del artículo 155 de nuestra Constitución pretende ofrecer a los ciudadanos la claridad y la seguridad que requiere una cuestión de tanta importancia", precisó.

El mandatario español señaló que "el gobierno quiere ofrecer certezas a los españoles, especialmente a los catalanes, y quiere evitar la confusión generada por las autoridades de la Generalitat sobre una cuestión que tanto les afecta y les preocupa". El requerimiento es parte del procedimiento previo para poner en marcha la intervención de una autonomía por parte del gobierno central.

"La respuesta del señor Puigdemont marcará el futuro de los acontecimientos en los próximos días. Si respeta legalidad se pondría fin a un periodo de ilegalidad, tensión y quiebra de la convivencia", agregó el jefe de gobierno español.

Cataluña tiene dos días, según especificó Rajoy esta tarde, para dar una respuesta al requerimiento. El ejecutivo español pasa así la pelota pasa al tejado de Puigdemont. Sin embargo, desde Madrid no se envió ni una tímida intención de acogerse al diálogo, al que ayer se llamó no sólo desde Cataluña, sino también desde las instancias internacionales.

Por su parte, el líder del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, anunció en una comparecencia esta mañana que "acompañara al presidente del gobierno en su requerimiento"  y que sostuvo un acuerdo ayer con Rajoy para abrir poner en marcha la reforma de la Constitución dentro de seis meses.