DJ toca "Corazón de Sandía" de Los Tetas y feroz pifiadera lo obliga a cortar la canción en 10 segundos
La pista del segundo piso está en llamas. El DJ Nick Calaveras pone un set repleto de algunas de las mejores canciones del R&B, del pop, del hip-hop y también, por cierto, del funk. De "Gettin' Jig Whit It" de Will Smith a "Viaje sin Rumbo" de Tiro de Gracia, pasando por "Remember the Time" de Michael Jackson y "Uptown Funk" de Mark Ronson ft. Bruno Mars, la gente disfruta al ritmo de la música y el alcohol en uno de los locales más "onderos" del circuito de Bellavista.
En medio del mix, el DJ de la noche se apresta a tocar una canción recurrente de su set, un clásico con el cual la gente siempre engancha. Comienza a sonar el característico bajo y los dos primeros acorde del piano rhodes. Una primera reacción inconsciente -que dura unos 3 segundos- hace que la gente grite "uoooh" cuando suena el tema, pero una segunda reacción racional -desde los 5 segundos- los hace darse cuenta de lo que está sonando.
"Corazón de sandía", una de las canciones más populares de la música chilena, estaba sonando, como tantas otras veces, en una fiesta. Sin embargo, esta vez el verso "buenos días, I wake up in the morning and I ate a sandía" no fue gritado a coro. La verdad es que ni siquiera alcanzó a escucharse la estrofa que canta el guitarrista C-Funk, porque una leve pifiadera comenzó a sonar en todo el espacio.
En el imaginario de los asistentes apareció el relato donde Valentina Henríquez denuncia a Tea Time (Camilo Castaldi), MC de la banda, de brutales episodios de violencia de género. También, probablemente, la errática reacción del resto de la agrupación ante la denuncia, quienes en un momento no quisieron tomar una decisión apresurada y ante la presión social y la evidencia de los hechos debieron expulsar del grupo a Castaldi.
De seguro también vinieron a la mente las estrofas que Tea Time rapea en esta canción, donde dice "me asomo por la ventana, una mujer envuelta en una blanca sabana, la mato y no, sí,
ya no lo sé, tal vez sea una buena idea; veo a un hombre, tal vez ya no lo sea".
Van 7 segundos de la canción y la leve pifiadera se vuelve generalizada. Al mismo tiempo, algunas mujeres gritan "¡noooo!" y "¡fuera!", dando a entender que el tema no es bienvenido. Pasan 3 segundos más y Calaveras corta el continuo de la mezcla, dejando en silencio el lugar por un breve lapso. Luego de unos instantes, suena una nueva canción. La gente aplaude y sigue bailando.
El hecho fue presenciado por la presidenta del Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC Chile), María Francisca Valenzuela, quien comentó en su cuenta de Facebook el episodio. "Triste lo que le pasó a la banda, pero nadie me quita la felicidad del feminismo en lo cotidiano, en la gente, en el carrete. Corazón feliz", señaló.