Gonzalo Durán, el candidato que quiere al PS de vuelta en la izquierda:

Gonzalo Durán, el candidato que quiere al PS de vuelta en la izquierda: "El eje histórico siempre fue con el PC"

Por: El Desconcierto | 17.03.2017
El alcalde de Independencia y candidato a presidir el PS conversó con El Desconcierto sobre sus posibilidades de cara a la elección del próximo 26 de marzo, además de criticar duramente lo que ha sido su partido en el último tiempo. "Mientras millones marchan contra las AFP, algunos connotados socialistas están preocupados de integrar sus directorios", dice.

El alcalde de Independencia se llena de orgullo cuando habla de su comuna y del gobierno municipal que dirige desde hace cinco años. "Somos de las pocas comunas de Chile con estándares de derechos laborales para profesores, tenemos 100% de matricula municipal. Lo que hacemos en el espacio local es probar que es posible hacer política de esa manera", dice.

Después de derrotar al conocido y cuestionado Antonio Garrido -más conocido por su episodio de "El Cuco" con una periodista en televisión- a Durán le ha ido bien en Independencia. Tras un claro triunfo en 2012, se impuso aún con más holgura en los últimos comicios municipales, con más del 60 por ciento. Además, la Nueva Mayoría obtuvo mayoría en el Concejo Municipal, con cuatro representantes del Partido Socialista.

Ese mismo partido es el que busca dirigir el edil. Será el próximo 26 de marzo cuando se realice la definición de la nueva directiva del PS, en las que compiten las listas de Durán y la del ex ministro Álvaro Elizalde. El alcalde de Independencia cuenta con el apoyo de Fernando Atria, el pre candidato que competiría en las primarias del partido contra José Miguel Insulza, aunque -como detalla Durán-, muchos dentro quieran evitar las primarias para apoyar a Ricardo Lagos.

Sobre la reconstrucción de un nuevo Partido Socialista, que se reivindique de izquierda y antineoliberal, el edil conversó con El Desconcierto, ad portas de la definición partidaria y presidencial de la colectividad.

- Ha dicho que hay sectores en el PS que quieren impedir las primarias. ¿Quiénes son?
- Hay una acuerdo del Congreso General del partido de que el candidato presidencial se resuelva en primaria socialista abierta a la ciudadanía. Pese a ello, en un Comité Central hubieron sectores, específicamente Camilo Escalona y sectores que apoyan a Ricardo Lagos, que intentaron que él fuera nominado en ese pleno. Nosotros promovimos cumplir el mandato de definir en primaria y eso se ratificó. Después, en un segundo pleno del Comité Central, volvieron a intentar discutir esto y se volvió a ratificar la opción de primarias y se mandató a la comisión política de hacer un reglamento de la primaria, con fecha el 23 de abril. Hasta ahora no han hecho el reglamento y ademas convocaron a un pleno para el 1 de abril, lo que hace suponer un nuevo intento de rediscutir la realización de la primaria. Y como sería después de la elección interna, los poderes fácticos quieren, sin pagar costos, vulnerar la voluntad militante.

- Ricardo Lagos fue abucheado en uno de esos plenos...
- Yo no quiero centrar esto en Lagos. Sin perjuicio de que él representa a otro ciclo político que ya pasó, el fondo es que cualquiera que quiera ser nominado por el Partido Socialista debiera concurrir a un proceso democrático y ciudadano. El que no esté disponible para eso, es una lástima. La ciudadanía no nos perdonaría si seguimos seguir resolviendo entre cuatro paredes.

- Su lista "Otro PS es posible" plantean una reivindicación de la historia del partido, la de Salvador Allende, la de Carlos Lorca. Pero reivindicar a Allende hoy es fácil, es cosa de decirlo. Dudo que alguien en el PS no lo haga. Otra cosa sí reivindicar el gobierno de Lagos. ¿Usted lo hace?
- No creo que sea tan obvio reivindicar en sentido profundo a Allende y Lorca, el contenido que representan. En Independencia creamos nuestra Farmacia Popular Dr. Carlos Lorca Tobar, la escuela de salud pública Salvador Allende. No es solo una cuestión simbólica, es un hacerse cargo de un acervo cultural, político, ideológico. En clave de hoy, significa como mínimo que el PS sea un partido decidido en la lucha contra el modelo neoliberal.

- Pero nadie en el PS se plantearía como crítico a Allende, más allá de lo que realmente piensen...
- Pero ser allendista hoy es ser antineoliberal como mínimo. Algunos podrían no criticarlo, pero en la práctica se han acomodado con el modelo neoliberal y han sido parte del problema que tiene el PS. Su identidad se ha desdibujado, no aparece como un partido anclado en la izquierda y eso es parte de las definiciones de porque decimos otro PS es posible.

- ¿Y cuál es esa identidad socialista?
- Ser un partido vinculado a movimientos sociales, que defienda los derechos de los trabajadores, un PS que sea capaz de dialogar y articularse con el conjunto de las expresiones de izquierda, más allá de que estemos en distintas coaliciones, que impulse lo que Almeyda llamaba 'el bloque por los cambios'. Que tenga una lógica transformadora y no de administración del modelo. Esa identidad se ha perdido. Es curioso que mientras hoy millones marchan contra las AFP, algunos connotados socialistas están preocupados de integrar los directorios de las AFP. Eso hay que terminar y que los socialistas reestablezcamos el rol histórico que siempre tuvimos. Es imposible imaginar la historia del movimiento popular, sin tener en su seno al Partido Socialista.

- ¿Cambiar el eje histórico DC-PS?
- En verdad el eje histórico del PS siempre fue con el Partido Comunista. El punto no es si estamos con la DC o sin la DC. Es que seamos capaces de articular un conjunto de contenidos programáticos, transformadores, que profundicen el esfuerzo de transformación de la presidenta Bachelet y le den un contenido claramente antineoliberal, que cambiemos la Constitución vía AC y que, a partir de esos contenidos, definamos el conjunto de sectores que están por esos cambios. Si la Democracia Cristiana aspira a ese proceso de cambio, bienvenido sea. No se trata de cambiar a la DC por el PC, sino de poner en el centro los contenidos políticos, progrmáticos que nos unes y que tengan sello transformador.

- Esos contenidos apuntan a mirar al PC, incluso al Frente Amplio...
- Si definimos esos contenidos transformadores y antineoliberales, tenemos que buscar converger con todos los actores que estén tras esos contenidos. Si eso significa, como yo lo creo, que ha de haber un proceso de coincidencia programática con el Frente Amplio, tenemos que ser capaces de converger con ellos. Antes o después, finalmente vamos a converger.

- Vuelvo a la pregunta de antes. ¿Reivindica el gobierno de Ricardo Lagos?
- El gobierno de Lagos tuvo luces y sombras. Luces en transformaciones de infraestructura, proyectos emblemáticos en materia valórica, un esfuerzo de modificación de la Constitución, pero hoy estamos en otro ciclo político. No tiene sentido decir cuánto del gobierno de Lagos podríamos haber hecho distinto, lo que tiene relevancia es que todo lo que hemos hecho hasta ahora es insuficiente para la sociedad chilena y enfrentar la brutal desigualdad del neoliberalismo. Tenemos que generar liderazgos con esa perspectiva de futuro y Ricardo Lagos no responde a esa perspectiva.

- Mencionó antes a la presidenta Bachelet. ¿A ella y su gobierno si las reivindica?
- El segundo gobierno de la presidenta, independiente de los problemas de gestión, de las dificultades estructurales, ha hecho un esfuerzo por generar transformaciones con un nivel de profundidad mayor. Especialmente la reforma en educación porque no solo incorpora la idea de incrementar los derechos sociales, sino que busca sacar la educación como una mercancía y ponerla en esfera de derechos y que sea responsabilidad del Estado. Eso es el esfuerzo que hay que abocarse. Lo mismo en salud, previsión, el conjunto de derechos sociales. Y claro, me siento muy cercano al espíritu transformador del gobierno de la presidenta Bachelet. No obstante, a ese proceso le faltó masa crítica, le faltó al PS acompañar a los movimientos sociales que impulsaran y empujaran estas transformaciones, hay que hacer correciones en gestión y hubo al interior de la Nueva Mayoría una tensión entre quienes querían las reformas y los que quisieron frenarlas. Esa tensión tiene que ser resuelta ante un eventual nuevo gobierno.

- El candidato del bacheletismo sería su opositor, Álvaro Elizalde, cercano a la presidenta...
- Álvaro fue ministro. Pero creo que lo que define quien es más bacheletista, por así decirlo, es quien está dispuesto a poner al partido en lógica de profundización de las reformas iniciales del gobierno. Y nuestra lista es más alineada con ese esfuerzo. La otra es más vinculada a la élite, al establishment, me atrevería a decir que hay sectores ahí que se acomodaron con el modelo neoliberal y honestamente llegó el momento que dirigamos el PS los que no nos hemos acomodado al modelo.

- ¿Cómo explica entonces que Osvaldo Andrade sea parte de su lista?
- Cuando nosotros iniciamos el acuerdo con Izquierda Socialista, nos propusimos generar un proceso de deliberación en torno a contenidos programáticos que he señalado y nos hemos acercado, con convergencias, que más que Osvaldo Andrade, es un espacio político donde está Maya Fernández, que ha declarado su apoyo a Fernando Atria y se la ha jugado por la Asamblea Constituyente y por tanto fuimos generando convergencias programáticas. Efectivamente, en algún momento, Osvaldo Andrade estuvo por ir en la otra lista, pero fue vetado, entiendo por Camilo Escalona. A nosotros nos parece que hay que poner por delante los contenidos políticos, más que el veto a una u otra persona en particular.

- Ahora, Fernando Atria no es el candidato de Osvaldo Andrade...
- Eso habrá que preguntárselo a Osvaldo Andrade, no sé cuál es su candidato. Sí sé que mayoritariamente en Convergencia, el espacio donde participa Osvaldo, así como la Maya, Manuel Monsalve y otros, ha habido un acercamiento muy importante con Fernando, un apoyo y compromiso con contenidos políticos. Esto se trata de despersonalizar y convertirlo en una apuesta de ideas.

- Pregunto por Andrade porque ese PS que tanto critican es el de los lotes, de las facciones lideradas por caudillismos, donde importa más la lealtad personal que la definición política. Esa misma inclusión de un personaje como Andrade -que no es cualquiera dentro del PS-, después del veto de la otra lista, hace parecer que ustedes se mueven en esa misma lógica.
- El problema es la crisis de la política, expresada hoy en el Partido Socialista, en el sentido de que curiosamente, hay un proceso de despolitización. El PS es un partido despolitizado, dedicado a administrar y auto administrarse, administrar cuotas de interés, de poder, no un partido cuyo propósitos ea vincularse a movimientos sociales y transformar la realidad. Esta lógica de las tendencias responde a la lógica de la despolitización, la gente se articula en torno a intereses, cuotas de poder, pegas, liderazgos personales. Esa es una lógica que hay que terminar. Y más que excluir a uno u otro, el desafío es repolitzar el partido y por eso nuestro esfuerzo por impulsar contenidos programáticos. El PS tiene que hacerse cargo de tres desafíos: ser un partido claramente antineoliberal, vinculado a los movimientos sociales y que resuelva democráticamente sus liderazgos locales, regionales y candidatos presidenciales. Con estos tres requisitos vamos a ir superando esta lógica despolitizada, desideologizada del PS.

- ¿Qué factibilidad real tienen, tanto su opción como la de Atria en las presidenciales? Considerando que ese PS del que habla es muy distinto al de hoy. Es el que, como usted dice, el que no quieren primarias, de los Lagos, de los Escalona.
- Pero pareciera ser discutimos qué actores apoyan a uno u otro dentro de la élite, entre las dirigencias. Yo he recorrido todo el país y es impresionante ver el nivel de desencanto de muchos socialistas históricos con la falta de identidad del PS y creo que hay un sentimiento mayoritario de que el partido socialista tiene que estar situado en la izquierda. Tenemos mucha coincidencia con la base militante, a veces capturada por estas lógicas de poder y cultura clientelista. El desafío es sintonizar con ellos y producir transformaciones al interior del PS que lo resituen en el rol que le corresponde.