Los derechos de la mujer de la diversidad sexual: Otra tarea pendiente
Es imposible no detenernos a analizar cuánto hemos avanzado como país en temas de igualdad de género. Lamentablemente, con el solo hecho de constatar que aún en Chile no se ha despenalizado el aborto y que muchas compañeras sienten miedo al caminar por la vía pública, podemos afirmar que queda mucho por hacer. Pareciera cobrar demasiado sentido que sigamos conmemorando el 8 de marzo.
Pero no todo es tan desalentador. Movimientos como “Ni una menos”, ver marchar miles de hombre y mujeres en contra de la violencia de género, da cuenta de que muchos ciudadanos no nos encontramos en la pasividad y que somos conscientes de que debemos alzar la voz por todas las que tienen que callar o que ya callaron.
Nuevamente la ciudadanía sale a la calle, y pasa a ser la protagonista de la demanda de cambio dirigida a una clase política que no logra empatizar con la situación de las mujeres chilenas. Nos duele más su indiferencia cuando ella proviene de parlamentarias que votan en contra de proyectos que tienen como fin acortar la brecha de género o que se quedan en la inacción. Un ejemplo de ello es Jacqueline Van Rysselberghe, quien con sus 101 indicaciones a la Ley de Identidad de Género mantiene a mujeres y niñas trans en la desprotección.
Ante lo anterior, generar un cambio y construir una nueva vía parece ser el camino idóneo para tener una democracia real en donde la situación de la mujer sea reivindicada. Esa alternancia tan necesaria la ofrece el Frente Amplio, quien propone un programa de gobierno creado por la misma ciudadanía. Es decir, se le otorga un papel preponderante a la ciudadanía, pudiendo dejar estatuido que queremos una educación de calidad para las mujeres, que queremos el mismo sueldo por realizar el mismo trabajo que un hombre, que se termine contra la violencia de género, entre otras tantas. Un programa sociopolítico que conecta con la mayoría de la gente y que a la vez pregona reivindicaciones de igualdad puede hacerse realidad con el Frente.
Es importante que en dicho momento definitorio, no nos olvidemos de las mujeres de la diversidad sexual. Las niñas trans que ya tristemente quedaron fuera de la Ley de Identidad de Género, las mujeres trans que por ser excluidas de la sociedad se encuentran en condiciones de marginalidad y las familias homomaternales, cuyos hijos se encuentran desprotegidos legal y económicamente. Todos estos grupos de mujeres han sido históricamente olvidados. Ya es momento de hacernos cargo y darles las condiciones de igualdad que por su dignidad merecen.
Salimos a la calle nuevamente. Alzaremos la voz para reprochar los abusos y violencias de género, teniendo claro que queremos cambios para alcanzar la igualdad, y que no esperaremos cuatro años más para que ellos sucedan. Nuestros derechos son nuestra prioridad, y por ellos romperemos las cadenas de la indiferencia de la clase política. Queremos cambiar la historia de todas y hacer de Chile un país en donde cada una cuente.