Expertos llaman a mayor responsabilidad de embarcaciones tras hallazgo de ballena azul varada en Melimoyu

Expertos llaman a mayor responsabilidad de embarcaciones tras hallazgo de ballena azul varada en Melimoyu

Por: El Desconcierto | 25.02.2017
El caso "evidenció un marco regulatorio débil para el tráfico marino sumado a la ausencia de fiscalización. La combinación de ambos factores aumenta el riesgo de interferir en el nado, canto, reproducción, descanso y hábitat de las ballenas azules", sostiene Fundación MERI.

Una ballena azul joven de aproximadamente 12 metros de longitud fue encontrada varada en el Estero Mena, en la localidad de Melimoyu, comuna de Puerto Cisnes, al norte de la región de Aysén. El hallazgo fue el miércoles 22 de febrero a las 10:00 horas por guardaparques de la Reserva Natural Melimoyu (RNM).

Los trabajadores habían ido a dejar en lancha a una de las integrantes de la RNM a su casa y, en el camino de vuelta, se encontraron con el cetáceo varado. El mamífero presentaba daños visibles: su aleta caudal estaba cercenada y tenía signos de colisión que parecen ser previos a la varazón. Las características del corte hicieron que se levantara la denuncia al Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura de Chile (Sernapesca) y esta a su vez lo hiciera con la Brigada de Delitos Medioambientales. El caso ya está en manos de la Fiscalía Regional y bajo investigación de la BIDEMA.

“Nunca habíamos visto un corte así”, señaló el administrador de la Reserva Natural de Melimoyu, Esteban Tapia, que estuvo a cargo las primeras medidas. Tomaron fotografías y las compartieron con los equipos de científicos que están en la zona del Golfo Corcovado en el estudio del comportamiento de ballenas azules. Estos confirmaron la especie mediante fotografías y que se trataba de un ejemplar juvenil o una cría.

Rutas no reguladas y vías de protección

La ballena está varada cerca de la principal ruta de navegación de la Patagonia, el canal Moraleda. Fundación MERI, como parte de la Reserva Natural Melimoyu, ha trabajado en difundir buenas prácticas para mitigar amenazas para la fauna marina como la colisión con embarcaciones. Se evidenció un marco regulatorio débil para el tráfico marino sumado a la ausencia de fiscalización. La combinación de ambos factores aumenta el riesgo de interferir en el nado, canto, reproducción, descanso y hábitat de las ballenas azules.

¿Cómo ser parte de la solución?

Es necesario estudiar la factibilidad de implementar rutas alternativas de navegación para evitar acciones que perjudiquen la vida del ecosistema marino en Chile. Por lo tanto es de suma importancia promover buenas prácticas en la industria naviera junto con explorar la legislación referente a cetáceos en otros lugares y amoldarlas al contexto nacional.

Cabe destacar que, en base a los resultados de las investigaciones de Fundación MERI, se ha visto que por las noches las ballenas nadan a menor profundidad por lo tanto hay que tener aún mayor cuidado al momento de navegar en las zonas donde habitan estos mamíferos marinos.

En Chile el avistamiento de ballenas es común y existe un Reglamento General de Observación de Mamíferos, Reptiles y Aves Hidrobiológicas y del Registro de Avistamiento de Cetáceos. En él se explicita que todas las embarcaciones deben evitar generar perturbaciones para los animales que se estén alimentando, en reproducción, en crianza, en reposo o en tránsito.

Además, especifica distancias mínimas para la observación recreativa de cetáceos: 300 metros para la ballena azul y en el caso de la ballena franca austral del Pacífico Sur-Oriental sólo se permite su observación desde plataformas terrestres o áreas que cuenten con reglamento específico de avistamiento, debido a su alto grado de amenaza. También es necesario velar porque no se ejecuten las siguientes conductas en las embarcaciones:

  1. Generar ruidos molestos a bordo, tales como gritos, artefactos sonoros y bocinas antes, durante y después de la observación.
  2. Alimentar a los animales durante la realización de actividades de observación.
  3. Arrojar todo tipo de desperdicios o desechos dentro del área de observación. Ellos deben ser almacenados a bordo y desembarcados en puerto.
  4. Forzar el contacto físico con los animales.

Aplicar el reglamento es primera responsabilidad de los capitanes y patrones de las embarcaciones, sin embargo todos debemos ejecutarlas y vigilar que se cumplan. Ante cualquier irregularidad, corresponde al Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), Armada, Carabineros de Chile y la Dirección de Aeronáutica Civil adoptar las medidas y efectuar los controles que sean necesarios para lograr un efectivo cumplimiento del reglamento antes mencionado. Las consecuencias de no hacerlo pueden llegar a ser mortales para la fauna marina que habita o transita por las aguas del país.