La era Trump: Incertidumbres y temores

La era Trump: Incertidumbres y temores

Por: Álvaro Cuadra | 18.01.2017
Si hay algo claro, a pocas horas de que Donald Trump asuma la presidencia, es que nada será como antes, ni dentro de los Estados Unidos ni en el resto del mundo.

En su calidad de “presidente electo” de los Estados Unidos, Donald Trump ya ha sembrado inquietud no solo en su país sino en el mundo entero. Sus comentarios sobre la Unión Europea y la OTAN han creado un clima de incertidumbre y preocupación en el viejo continente, al punto de que algunos piensan que los dichos del futuro mandatario constituyen una “declaración de guerra”. Qué decir de Pekín, donde las autoridades observan con temor el desconocimiento de la tradicional política estadounidense de una sola China. Lo mismo en México, donde cada palabra del próximo mandatario devalúa el peso y acrecenta los miedos.

Si hay algo claro, a pocas horas de que Donald Trump asuma la presidencia, es que nada será como antes, ni dentro de los Estados Unidos ni en el resto del mundo. Si observamos los dichos del próximo presidente como la conformación de su equipo de gobierno, podemos hacernos una idea de lo que viene: una reconfiguración profunda de la política doméstica e internacional de la primera potencia mundial.

Las orientaciones básicas del discurso Trump apuntan a “menos globalización” en todo orden de cosas; desde una revisión de los tratados de libre comercio –incluido el NAFTA y el TPP -, hasta un desconocimiento de los acuerdos sobre cambio climático, pasando por la política migratoria y el resguardo de la frontera sur. Esta política de “des-globalización” tiene como propósito declarado “Make America Great Again”.

La apuesta de Donald Trump no tiene paralelo en la política norteamericana desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Se trata, en rigor, de una estrategia inédita. A primera vista, aparece como un dislate de corte populista destinado a desestabilizar no solo el Comercio Mundial sino el mismo Orden Internacional ya sumido en una crisis de proporciones. Para cualquier analista serio, no resulta, en absoluto verosímil que las medidas proteccionistas anti-globalización, por sí solas, fortalezcan la otrora poderosa industria estadounidense, generando empleos.

Por el momento, lo que sí ha logrado la inminente llegada de Donald Trump es el aumento exponencial de la incertidumbre. De Europa a América Latina, de China a Irán, lo único cierto es el mal disimulado temor ante las amenazas del próximo gobierno de los Estados Unidos. La era Trump, finalmente, pone en evidencia el debilitamiento del liberalismo democrático occidental y el advenimiento de fórmulas populistas en que la retórica “Twitter” puede más que el pensamiento deliberativo, maduro e informado.