A raíz de los numerosos cuestionamientos que han realizado diversos actores políticos y sociales al actual Sistema de Pensiones que rige en nuestro país -los que además tuvieron una enorme expresión ciudadana el pasado 24 de julio- es que el ex Ministro del Trabajo de la dictadura y creador de las AFP José Piñera tomó la decisión de volver a Chile para incidir en la discusión política con el objetivo de defender el actual modelo.

El economista -hermano del ex Presidente Sebastián Piñera- es el responsable de este sistema que no busca tener pensiones dignas, sino transferir un porcentaje de las remuneraciones de l@s trabajadores/as a los mercados financieros, obteniendo a costa de nuestro esfuerzo enormes ganancias para grandes grupos económicos que no hacen más que acumular su capital.

La Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones (Comisión Bravo) demuestra que al terminar con las AFP y restablecer el sistema de reparto, es posible jubilar hoy a todas las personas que han excedido su edad legal de retiro. Como mencionó Manuel Riesco en una videocolumna en Bio Bio TV, todo ello resulta evidente si se considera que en noviembre del 2015 la suma de cotizaciones corresponden al 47,5% de las pensiones pagadas por el sistema de AFP en su conjunto, incluyendo pensiones vitalicias.

Que este sistema lleve 35 años no ha sido precisamente por su eficiencia o buenos resultados, si no más bien por el diseño político que hay detrás de la instauración del modelo neoliberal en Chile, que tiene como una de sus bases fundantes otro proyecto estrella de José Piñera, el Plan Laboral de 1979. Este plan implicó una derrota histórica del movimiento sindical chileno.

Como plantea el historiador Rolando Álvarez en su libro "Cambios y Continuidades en el Movimiento Sindical Chileno en los años 80: El caso del comando nacional de trabajadores" (2014), el Plan Laboral tuvo como objetivo escencial modificar las relaciones entre el capital y el trabajo, e implementar la lógica neoliberal al interior de las organizaciones de l@s trabajadores/as mediante la despolitización de la base sindical con leyes tendientes a dividir y quitar poder a sus organizaciones.

En medio de la persecución y represión a dirigentes sindicales, José Piñera lideró el avance de la dictadura en la perdida de poder del sujeto principal llamado a defender los derechos de l@s trabajadores/as de nuestro país, pudiendo de esta manera establecer un sistema que ya cumple más de tres décadas de abuso a costa de la dignidad de nuestros adultos mayores.

Hoy debemos apostar por la unidad de los sectores políticos y sociales que estén disponibles en avanzar en transformar el actual sistema de pensiones, en este sentido la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) ya ha manifestado una alternativa que es poner fin a las AFP y volver a un sistema de reparto solidario; es hora de que incidan las voces del pueblo y no los gritos desesperados del pasado, que ven cómo el modelo con el que han ganado a manos llenas se comienza a desmoronar.

Como Nueva Mayoría tenemos la responsabilidad política de enfrentar este tema de cara a la ciudadanía, y tomar una posición como colectividad que pretende proyectarse un próximo periodo de Gobierno. Por su parte, desde el mundo social tenemos el derecho y la responsabilidad de movilizarnos e incidir por mejores condiciones de vida para nuestro pueblo, volviéndose clave volcarse a las calles y también hacerse parte activa del debate constitucional, el cuál sentará las bases del nuevo modelo de desarrollo por el cuál transitaremos. Por ello convocamos a todas las familias a hacerse parte de la próxima marcha este 21 de agosto, y en unidad impulsar transformaciones que nos permitan recuperar la dignidad de nuestro país.