Crisis salmonera en el sur: Trabajadores apuntan al gobierno y a la industria como responsables
Desde el 25 de febrero que se conoce la delicada situación por lo que está pasando la salmonicultura en el sur del país. Por las aguas de Cabulco, Puerto Montt y la isla de Chiloé flotan millones de salmones muertos. Las cifras varían cada día, pero se habla de más de 38 mil toneladas de salmones. Se trata de más de 23 millones de peces que se estarían descomponiendo y contaminando la zona.
¿Cómo se produjo este fenómeno? Para la industria salmonera, el fenómeno climatológico de El Niño y el calor inusual que se ha vivido en la zona ha desencadenado una explosión de algas que sofocan a los salmones. Se trataría de la variedad de micro alga Pseudochattonella verruculosa, que, en términos simples, le "roba" el oxígeno que necesitan los peces.
Sin embargo, para los trabajadores de la zona la responsabilidad está directamente en la sobreexplotación de la zona por la industria salmonera -Chile es el segundo exportador mundial de salmón- y en la falta de responsabilidad del gobierno en ponerle regulaciones a las grandes empresas. "Si contaminas la zona donde quieres sacar un producto natural, tarde o temprano se va a dañar. No hay regulación y creemos que la industria en la región de los Lagos colapsó. Ya no hay oportunidad de recuperar el área silvestre", dijo a eldesconcierto.cl José Pacheco, dirigente de la CUT de Puerto Montt.
La mortalidad de los peces estalló en el Seno del Reloncaví y el gobierno regional ha acusado a las empresas de falta de eficiencia para remover los millones de pesos muertos. Hasta ahora, más de 6 mil toneladas se mantienen en descomposición, generando un riesgo ambiental en la zona. El Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) ofició el lunes pasado a las empresas que definan un plan de acción para que a fines de esta semana se retiren todos los peces muertos.
Leonardo Laprida, intendente de la región de Los Lagos ha reconocido que la gran cantidad de embarcaciones con peces muertos ha generado atochamientos, lo que ha retrasado aún más el retiro de salmones.
El problema es que los peces en descomposición no pueden ser reducidos a harina y ponen en riesgo la salud de todos los seres vivientes, ya que emiten ácido sulfhídrico. Por lo mismo, dejarlos en un vertedero en tierra no es posibilidad. El gobierno permitió el vertimiento de 300 toneladas de salmones al mar como una medida de emergencia para los pescados en estado avanzado de descomposición.
Para Pacheco, se trata de una medida de mitigación que no es suficiente porque la cantidad transportada es mínima. "Hay un daño muy grande y con la pérdida de la producción de dos años de salmones, se va a resentir en las comunidades de la región que dependen de la industria. Va a haber una pérdida de empleo importante, daño al medio ambiente y además creemos que la zona va a necesitar recursos para salir adelante".
En entrevista con BBC Mundo, el presidente de SalmonChile -agrupación que reúne a las distintas empresas del sector- el problema puede generar una caída de 105 mil toneladas en la producción, equivalente a pérdida de 800 millones de dólares al año. Para mitigar esto, los precios de los salmones están subiendo en los supermercados.
¿Quiénes son los responsables?
"¿Qué sucede con los planes de emergencia ambiental que pudieran existir en las Declaraciones de Impacto Ambiental?, ¿Por qué la Autoridad no incluye este tipo de Industrias a la legislación para que sean Estudios de Impacto Ambiental? (con mayores exigencias ambientales que una Declaración)", se pregunta el ingeniero ambiental Jaime Roa en una columna publicada en eldesconcierto.cl.
A través de una columna publicada en mundoacuicola.cl, la doctora Sandra Bravo del Instituto de Acuicultura de la Universidad Austral de Chile (UACh) recuerda la crisis vivida en 1988, cuando por el florecimiento de micro algas Heterosigma akashiwo, miles de peces murieron por asfixia. "Han transcurrido 28 años, y la industria del salmón vuelve a ser afectada por un severo bloom de microalgas. Esta vez causado por Pseudo chatonella cf verruculosa, generando mortalidad en los salmones cultivados en las zonas afectadas e inquietud entre los actores de la industria del salmón. La lección es que el monitoreo permanente y coordinado de las variables oceanográficas es relevante para anticiparse a estas crisis ambientales que sin dudas seguirán ocurriendo en torno a la producción de salmones", dice.
Si bien el fenómeno del Niño es asignado como el principal causante, la falta de prevención es una opinión que se repite entre expertos y habitantes de la zona.
Los trabajadores critican duramente al gobierno y la empresa, más preocupados por las pérdidas económicas que trae la catástrofe que por la salud de las personas y las consecuencias que sufrirá el medio ambiente. "Los peces muertos están en el estuario, en el medio de donde viven las comunidades. Lo usan como un basurero químico industrial, no puedes usar el lugar en el que la gente convive con la naturaleza como un basurero. Es una zona de vida con comunidades originarias desde tiempos ancestrales y el gobierno, ni el central ni el regional, no le ven la gravedad al asunto", cuenta Pacheco.
Desde la CUT prevén que la baja de la producción provocará una serie de despidos en la zona.
Otro punto del conflicto es la salud de los trabajadores que se encuentran retirando los peces. A través de su cuenta de Facebook, un buzo que trabaja en las labores de retiro da cuenta de las precarias condiciones laborales que supone el trabajo y las consecuencias que ya se ven en su salud: "Los buzos básicos somos sometidos y obligados a trabajar a profundidades no permitidas por la autoridad, ya que se puede bajar hasta un máximo de 20 metros de profundidad, pero como las peceras aumentaron su profundidad por el peso del pescado muerto, tenemos que bajar hasta los 30 metros. Somos exigidos y trabajamos en precarias condiciones de seguridad, sacamos salmones muertos con un alto nivel de descomposición, es como bucear dentro de un pozo negro lleno de excremento. Así estamos obligados a sacar la mortalidad, no podemos reclamar porque al momento de hacerlo somos despedidos de nuestro trabajo (...) el aire está contaminado por el olor a huevo podrido que irradia, sufrimos de irritación a los ojos, picazón a la garganta, mareos, náuseas, vómitos y nadie hace nada por nosotros. En las tardes me acuesto asfixiado por el ácido sulfhídrico del agua contaminada donde cada mañana a las 8 horas me sumerjo. Les escribe un buzo básico de los 950 que estamos trabajando hace 15 días en la extracción de mortalidad de los 38 centros contaminados de la región de Los Lagos".