La responsabilidad de los profesores en un año crucial

La responsabilidad de los profesores en un año crucial

Por: Darío Vásquez | 17.03.2016
Por mucho tiempo los educadores de Chile hemos sido meros espectadores de lo que sucede en el país. Una producción legislativa que no considera las opiniones de nuestros colegas, actores relevantes del proceso de enseñanza aprendizaje, la falta absoluta de consideración de parte de la autoridad con reivindicaciones históricas que jamás han sido resueltas, y por sobre todo, el empecinamiento oficial por instalar, profundizar y perfeccionar un sistema educacional fallido.

Por mucho tiempo los educadores de Chile hemos sido meros espectadores de lo que sucede en el país. Una producción legislativa que no considera las opiniones de nuestros colegas, actores relevantes del proceso de enseñanza aprendizaje, la falta absoluta de consideración de parte de la autoridad con reivindicaciones históricas que jamás han sido resueltas, y por sobre todo, el empecinamiento oficial por instalar, profundizar y perfeccionar un sistema educacional fallido.

El último tiempo ha sido prolífico en ejemplos brutales de un sistema político en plena crisis. Los casos de corrupción copan la agenda comunicacional. Ex autoridades desfilan en los tribunales. Leyes que aparecen dictadas por quienes terminan beneficiándose de sus efectos.

Y detrás de este escenario preocupante, importantes sectores sociales que aún esperan soluciones a sus acuciantes problemas.

El envión neoliberal explica el estado de la educación chilena. Un sistema en quiebra que solo ha beneficiado a quienes han hecho de la gestión educacional un negocio más y que no hace sino que reproducir una cultura que aleja a nuestros estudiantes de los fines nobles que persigue toda pedagogía con sentido humano.

En ese contexto los educadores de nuestro país han resistido durante este cuarto de siglo de esperanzas fallidas y han luchado para oponerse  a un sistema que envilece la profesión docente por la vía de castigar su cometido con jornadas extenuantes, evaluaciones sin sentido y un agobiante clima laboral que no deja espacio ni siquiera para una vida familiar plena.

Por eso hemos definido este año como crucial para reimpulsar la pelea que ponga en el centro la profesión docente, el sistema de educación pública y la realidad del país que se estremece más allá de las aulas.

Desde la constitución del Movimiento Amplio para un nuevo Colegio de Profesores, hace tres años, hasta hora, hemos recogido una rica experiencia gremial y política que pondremos a disposición de todos nuestros colegas.

Nuestro Movimiento Amplio es la mayor expresión política al interior del gremio. Se despliega en prácticamente en todas las regiones y su constitución fue suscrita por más de doscientos dirigentes de todos los niveles.

Hemos concluido nuestro encuentro nacional en días pasados. En esa instancia democrática acordamos hacer todo el esfuerzo  por unir a quienes se propongan cambiar el gremio y rescatarlo de la cooptación de la que es objeto, incluso más allá de las diferencias que antes nos han distanciado. En esta responsabilidad no sobra nadie.

Reivindicamos el principio de la autonomía y la unidad de todos como condición básica para un cometido eficiente y libre de dependencias espurias respecto de partidos políticos y gobiernos de turno.

El Movimiento Amplio reúne democráticamente en su seno a colegas de diversas vertientes políticas, pero por sobre todo a quienes se han propuesto cambiar el paradigma neoliberal que define hasta ahora una país, y por lo tanto una educación, alejada de los valores humanos que sostenemos en tanto profesores.

Los dirigentes vinculados al Movimiento Amplio tenemos una vasta experiencia en las luchas que importan al Magisterio. Nuestros colegas han sido un aporte decisivo en las grandes jornadas que el profesorado ha desarrollado por dignificar el ejercicio docente. Fuimos, sin ir más lejos, impulsores de la solución de la deuda Histórica, por el pago del Bono SAE y por la Titularidad.

Y han sido nuestros dirigentes los que han impulsado la modificación de leyes para terminar con el abuso y la impunidad, lograr definitivamente el reconocimiento e importancia del profesorado en el desarrollo del país, lo que ha permitido que otros dirigentes y filiales  y una mayoría del profesorado esté marcando un antes y un después en la lucha del magisterio.

Nos proponemos rescatar el gremio docente en las elecciones de este año. Para el efecto, estamos desplegando el mayor esfuerzo unitario posible.

Es una responsabilidad que se impone.