Declaración Coordinadora Feministas en Lucha
El reciente anuncio de un proyecto de ley para despenalizar el aborto bajo tres causales lo entendemos como la decantación de la creciente lucha de organizaciones feministas y de mujeres, que desde el año 1989, año en que se prohibió el aborto terapéutico en Chile y, con ello, se criminalizó toda forma de interrupción del embarazo, hasta nuestros días, hemos levantado nuestras voces por nuestro derecho a decidir.
Lo que hoy se anuncia, sin embargo, no nos llena de optimismo, ni tampoco parece una señal que refleje los avances que la sociedad ha presentado en los últimos años. El aborto terapéutico estuvo permitido en Chile desde 1931 y en el año 1989, en el último de sus oscuros días, la Dictadura cívico-militar de Pinochet prohibió por ley la interrupción del embarazo bajo toda circunstancia. Este proyecto nos quiere hacer volver 84 años en la historia, en pleno siglo XXI nos quiera retrotraer a la tercera década del siglo XX, como si se tratara de un gran logro. Dicha situación resulta a todas luces una vergüenza y un insulto a nuestra dignidad.
Concebir aún a las mujeres como víctimas de tres causales para otorgarles el derecho a decidir la interrupción de un embarazo, es sinónimo de lo lejos que está el actual gobierno de entender la autonomía de las mujeres y de sus cuerpos. Junto con ello, no da cuenta de la realidad de miles de abortos clandestinos que año a año se realizan las mujeres, en condiciones inseguras y bajo el temor de ser maltratadas en centros asistenciales y ser denunciadas, detenidas y sometidas a procesos judiciales.
Como Coordinadora Feministas en Lucha tenemos una sola mirada frente al tema: ABORTO LIBRE, SEGURO Y GRATUITO. Libre, porque interrumpir un embarazo puede ser solo fruto de la decisión de una mujer que se encuentre en tal caso, sin causales que la coarten; seguro, porque tal interrupción libremente tomada, debe poder realizarse en condiciones de salubridad y de acompañamiento adecuadas; gratuito, porque entendemos que el primer territorio de autonomía es el cuerpo y, por ende, interrumpir un embarazo es un derecho esencial que le pertenece a las mujeres, y como todo derecho esencial, más cuando se trata también de una cuestión de salud, debiera estar garantido por el Estado.
Pero sabemos que el Estado chileno es mínimo en cuanto a la protección de derechos sociales, y en el caso de las mujeres esto no solo se evidencia en la criminalización del aborto, sino prácticamente en todas las esferas de la vida: salud, previsión, trabajo, vivienda; en buenas cuentas, en todas nuestras condiciones de existencia que se precarizan en la medida que el sistema distingue entre hombres y mujeres. Y son las mujeres en estas condiciones de mayor precariedad, las trabajadoras, las estudiantes y las pobladoras, quienes se ven más perjudicadas con la penalización del aborto en todas sus formas, por no contar con los recursos suficientes para asistir a “las clínicas cuicas” a realizarse abortos, o viajar a países donde sí se realizan estos procedimientos.
Por lo anterior, y dado que no nos conformamos con un proyecto mezquino, que no comprende nuestra capacidad de tomar nuestras propias decisiones y nos sigue viendo y ubicando en el lugar de las víctimas silenciosas, continuaremos luchando desde nuestras organizaciones, movilizándonos, educándonos para poder autónomamente decidir sobre nuestros cuerpos y vidas, desplegando nuestra crítica, pero también proponiendo formas diversas de hacerle frente a un sistema que nos da la espalda.
Sabemos que lo que se viene tras el anuncio será el intento del gobierno y su coalición de ubicar a la población, en especial a las mujeres, a favor de su proyecto o en su contra, como si la realidad del aborto fuera solo reducible a tres causales que no corresponden más que al 3% de los casos de aborto. Sabemos, también, que la asonada conservadora católico-evangélica y los partidos de derecha, encabezados por la UDI, será insistente en “defender la vida” y en profundizar la visión victimizada de las mujeres, aprovechándose con este anuncio de acallar sus líos con la justicia criminal.
Frente a todo este panorama, como CFL seguiremos luchando por un aborto a secas, libre, seguro y gratuito, con más fuerza que nunca, junto a todas aquellas mujeres que son doblemente explotadas, condenadas a vivir en la precariedad material, a sentir el peso de un sistema que las obliga a no poder decidir sobre sí mismas y a la reproducción obligatoria para entregarle cada vez más hijxs al patriarcado capitalista.
El próximo 8 de marzo marcharemos para reivindicar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres que se han dejado en el olvido, aquellas miles de mujeres que se realizan abortos clandestinos, y junto con recordar siglos de lucha de mujeres trabajadoras y feministas, también coparemos las calles alzando nuestras voces por un aborto libre, seguro y gratuito, cuya única causal sea la decisión soberana de las mujeres.
Sabemos que esto recién comienza, pero la lucha de las feministas y de las mujeres por su emancipación es una larga tarea que viene de muchas décadas, y este proyecto no puede ser sino un aliciente para seguir avanzando y construyendo una nueva cultura.
¡Por el fin de la maternidad obligatoria!
¡Por un aborto libre, seguro y gratuito!
¡Por la emancipación de todas la mujeres!
COORDINADORA FEMINISTA EN LUCHA