Giorgio Jackson y reajuste: “Que el puro aumento sea lo que gana un profesor no es aceptable”
¿Qué ha pasado con la discusión del proyecto que presentaste junto a Boric para rebajar la dieta parlamentaria y ligarla al sueldo mínimo?
Ese proyecto, que fue apoyado por el máximo de firmas que se pueden presentar (diez) se divide en dos proyectos. Uno es una reforma constitucional al artículo 62 de la Constitución, que establece que el sueldo de los parlamentarios va a ser el mismo que el de los ministros de Estado. O sea, lo sacamos de ahí. Después establecemos un proyecto de ley que fija cuáles van a ser los parámetros para la definición del sueldo o dieta de los parlamentarios. Ese proyecto está en la Comisión de Régimen Interno, pero el primero es necesario para poder tramitar el segundo, ya que sería inconstitucional si antes no se modifica la Constitución . El segundo está en la comisión respectiva que este año ha tenido bastante trabajo porque se ha discutido la reforma al Binominal. Esperamos que a principios del próximo año se pueda poner sobre la mesa este debate.
Dentro de los que integran la comisión de régimen interno está Pepe Auth, uno de los que criticó más fuertemente la idea de este proyecto, e incluso aseguró que ustedes recibían hasta hace un año la mesada de su padres. En base a eso, ¿cómo auguras el debate en ambas comisiones?
Lo primero es que se haga la modificación al artículo 62 de la Constitución, y posteriormente va a venir la discusión en Régimen Interno. Yo quiero dejar en el pasado los dimes y diretes y en vez de enfrascarme en esas discusiones que muchas veces generan polémica sin avanzar en los proyectos, prefiero tratar de convencer a los parlamentarios que en algún minuto tuvieron un prejuicio sobre nosotros o sobre el proyecto de que esto es algo serio, que tiene fundamentos, y es más que justo. Hemos tratado de ir avanzando en la idea de que tenemos que ser capaces de avanzar en este tipo de reformas y que ojalá sean lo más transversal posibles. Por supuesto nos hemos ido encontrando varias personas que se han ido formando una opinión distinta a la que tenían en un comienzo, pero también hay quienes se resisten a esta idea de disminuir la dieta.
Cuando ayer se votó la indicación que ustedes propusieron para no aplicar el reajuste a los altos cargos públicos, el que finalmente no prosperó, la votación fue bastante más estrecha de lo que se podría haber pensado. ¿Eso te da esperanzas sobre el futuro del proyecto para rebajar la dieta?
Sí, hay dos líneas en las que queremos avanzar. Una es cómo los reajustes en el sector público sean inversamente proporcionales a los ingresos. Es decir, que los que menos ingresos tienen puedan tener un reajuste mayor y los que más sueldo tienen, tengan un reajuste menor. De esa manera se cumple el principio de ir nivelando o reduciendo las desigualdades que se supone es uno de los objetivos de este gobierno. Acá hay un hecho concreto donde podemos avanzar y espero que lo logremos.
La reacción de la ciudadanía ha sido de gran molestia, pero algunos colegas tuyos como Marcela Sabat criticaron la iniciativa afirmando que se genera una desinformación hacia la ciudadanía, ya que los diputados no cuentan con la competencia para definir estos temas. ¿Cómo sientes que se afronta este debate de cara a la opinión pública?
Yo creo que dentro de las personas que ayer estuvieron a favor de declarar inadmisible hay dos tipos de diputados. Unos que en el fondo tienen la creencia férrea de que nosotros no tenemos atribuciones en este tipo de tema, y otros que ocupan eso como escudo para no llevar este tema al fondo. Yo conversé de esto con la diputada Sabat, y me dijo que con los elementos que tenía ayer, ella estaba convencida que esto no es materia de nuestra atribución. Ella se comprometió para que le pidamos al Ejecutivo su patrocinio a este tipo de indicaciones, o para que el próximo año se haga un proyecto en el que el reajuste sea inversamente proporcional a los ingresos.
Vamos a ver qué es lo que sale, pero lo cierto es que ayer tuvimos una oportunidad que tiene base y jurisprudencia en fallos del Tribunal Constitucional, que está dentro de los marcos de competencia que tiene nuestra Ley Orgánica Constitucional del Congreso, y la desaprovechamos escudándonos en que la reducción de los gastos le competen exclusivamente a la presidencia, y yo no comparto esa posición.
Una oportunidad desaprovechada quizás también para aumentar la credibilidad de los parlamentarios.
Sí, aunque ni siquiera es la credibilidad, es más la vocación de por qué estamos acá. Eso no tiene que ver con que alguien le crea más o menos a una persona, sino con el propósito por el cual estamos acá. El hecho de legislar un reajuste en el que el puro aumento es lo que gana un profesor que trabaja 40 horas creo que no es aceptable. Eso es lo verdaderamente inadmisible, que como parlamentarios, como incumbentes directos de la materia, y en este caso beneficiados, nos escudemos en visiones tan restrictivas de nuestras atribuciones. Dejar pasar este reajuste para nosotros no tiene ningún tipo de justificación para el nivel de remuneraciones que tenemos tanto los parlamentarios como los subsecretarios, ministros y la presidenta.
Este reajuste dejó la dieta parlamentaria como el de mayor ingreso de los parlamentarios de toda la OCDE. ¿Qué te parece eso?
Lo hemos estado denunciando hace tiempo. Nosotros creemos que los parlamentarios tienen que recibir una buena remuneración, es un trabajo que no sólo es de tiempo completo sino que escapa de los tiempos normales de un horario laboral, es casi 24/7. Pero eso perfectamente puede ser la mitad del sueldo que tenemos actualmente, y nosotros lo que queremos es establecer un parámetro que logre amarrar o vincular la realidad nacional expresada en la ley del sueldo mínimo, con el sueldo de los parlamentarios en una proporción que no sea mayor a veinte veces. Hoy día es alrededor de cuarenta veces esa diferencia, y esa diferencia la hace seis veces más grande que la tienen en Italia, que es el país que tiene más diferencia en Europa. Si nosotros estamos seis veces más diferenciados de lo que están los que más diferencia tienen en Europa, me parece que esas son razones más que suficientes para que podamos mirarnos internamente y decir si estamos haciendo las cosas bien.