Infografía: El mapa de conflictos que enfrentará la Reforma Educacional
La dura discusión parlamentaria y social en los primeros meses del gobierno de Michelle Bachelet instala la pregunta sobre cómo seguirá avanzando el resto de la reforma y qué orientación tomará finalmente.
La interpelación al ministro y los debates al interior de la Nueva Mayoría evidencian la falta de claridad sobre el camino que debe recorrer el Mineduc, lo que acrecienta la desconfianza entre los actores sociales y políticos.
A raíz de las complejidades que el ministerio ha debido sortear para avanzar en los proyectos, la reforma ha devenido en un proceso mucho más lento de lo presupuestado. De los doce proyectos que el gobierno había anunciado desarrollar en el 2014, se han presentado cuatro.
Para el sociólogo y Doctor en educación, Cristián Bellei, “la presidenta Bachelet en su programa de gobierno se planteó cambios bien ambiciosos que el país no había hecho en 30 años para el sistema educacional”. En ese marco, a la complicaciones de agenda, se suma el hecho que la reforma “en buena medida es en respuesta a los movimientos estudiantiles y en ese sentido se agrega la complejidad de que debe mantener un nivel de diálogo y conexión con movimientos sociales que son bastantes complejos y que han sido bien masivos”, sostuvo el académico.
Para describir el escenario , El Desconcierto elaboró un mapeo de las futuras discusiones que se debiesen abordar y los conflictos que han surgido en el marco de una reforma educacional que cada vez concita menos acuerdo desde los distintos sectores. Este proceso ha abierto y abrirá distintos flancos que aún no se han manifestado y que advierten que el debate está recién comenzando.
¿Hacia dónde va la reforma?
Cristián Bellei explicó que el objetivo de la reforma es hacer viable la educación pública en Chile. En ese sentido, comentó que “estos cambios llevan a hacer del sistema escolar un sistema genuinamente mixto (público-privado) y no hiper privatizado como el de hoy día”.
En el discurso del pasado 21 de mayo, la presidenta Bachelet enmarcó los paquetes de la reforma como “un cambio estructural a la educación en Chile en todos sus niveles...que consagrará la educación de calidad como un derecho y no como un bien de consumo”. El compromiso del ejecutivo entonces es lograr “una reforma que devolverá a la educación pública el valor y la centralidad que nunca debió haber perdido”.
Sin embargo la definición de centralidad o énfasis en la educación pública ha abierto espacio para interpretaciones. La premio nacional de Educación y vocera de la campaña “Plan Maestro”, Beatrice Ávalos, sentenció que “fortalecer la educación pública no es cambiar el sistema mixto”.
La falta de un plan para fortalecer la educación pública se ha convertido en la principal crítica a la reforma de los actores movilizados. Los principales voceros de esta opinión han sido los dirigentes estudiantiles y un sector de los profesores, pero también se han incorporado dirigentes de la Nueva Mayoría, como el senador del Partido Socialista, Carlos Montes, quien sostuvo un quiebre en su evaluación a la reforma asegurando que "se perdió el 2014 para fortalecer la educación pública".
Beatrice Ávalos es directa en señalar que el fortalecimiento de la educación pública es urgente, pero aclaró que en Chile “tenemos un sistema mixto y yo no he escuchado que haya intención de cambiar ese sistema. Yo no soy adivina, pero no he escuchado a nadie de gobierno planteando que se va a cambiar el sistema mixto”.