El éxito de “Pituca sin Lucas”: el retrato de la clase media y la aparición de la izquierda en teleseries

El éxito de “Pituca sin Lucas”: el retrato de la clase media y la aparición de la izquierda en teleseries

Por: El Desconcierto | 23.10.2014

pituca sin lucasLa directora de la nueva área dramática es María Eugenia Rencoret, destacada productora televisiva asociada a Televisión Nacional. La directora es reconocida por haber dirigido teleseries como “Aquelarre” y “Amores de Mercado” y fue directora de área en TVN donde se realizaron exitosas novelas como “El señor de la Querencia”, “Dónde está Elisa” y “Pobre Rico”, entre otras.

La "Quena" se llevó a varias actores y armaron la teleserie del MEGA. Uno de los primeros análisis del éxito de Pituca sin Lucas, parte por ser evidentemente una comedia suave, de poco conflicto y con una trama bien simple. Son pocas las historias y la actividad dramática se centra en la familia de “Las Risopatrón”.

Comúnmente las comedias televisivas representan a los personajes desapegados del realismo, acostumbrados a exagerar los defectos y a engrandecer las virtudes. La comedia de MEGA no está exenta de este tratamiento, sin embargo su apuesta cumple con ciertos grados de honestidad y sinceridad ante realidades reflejadas de la sociedad real.

En el último tiempo, las teleseries chilenas no logran tanta audiencia como una importada, como fue el caso de Las mil y una Noches o Avenida Brasil. Precisamente la sobreactuación, la omisión de actividades reales y a veces, lo pacato para tratar los temas han alejado a los espectadores que esperan más sinceridad e identificación en la televisión nacional.

Ilusión de clase media

casa pareadaLa casa pareada, la villa enrejada, La Florida o Maipú. Muchas imagenes y estereotipos dan cuenta de que retratar bien la realidad chilena es complejo, debido a que existen muchos mitos respecto a los estilos de vida en un país que es en esencia clasista. La mayoría de los chilenos se sienten parte de la denominada clase media, pero es un término tan amplio que muchas imprecisiones se cometen al tratar de definirla.

Victor Orellana, sociólogo de la Universidad de Chile, explicó que “la antigua clase media era bien nítida antes del golpe, tenía empleo estatal, tenía valores centro o de centro izquierda, era laica o si era cristiana era de todos modos democrática. Esto se desperfiló y lo que apareció es enorme, una galaxia”. Así, se ha ido configurando un sector de la sociedad que no es ni la vieja clase media, pero tampoco son los pobladores ni los obreros.

El guionista de El Reemplazante y coordinador nacional de Revolución Democrática, Pablo Paredes, comentó a El Desconcierto que “hay mucha fantasía de la clase media, se intenta retratar como un promedio, lo que no es cierto. Generalmente se ha tratado de retratar un Chile más C2, mas bien aspiracional”.

Ambos analistas sostienen la tesis de que alrededor del concepto “Clase Media” rondan muchos mitos. Orellana aseguró que “la gracia del neoliberalismo es que produce una ilusión de clase media con acceso al consumo y con acceso a la educación superior”.

Al respecto, para el sociólogo “la gracia de la teleserie es que da cuenta de algo violento, porque más allá de ser clase media, aparece como clase trabajadora, como gente igual al resto, como un hijo de vecino. Se agota la ilusión”.

Según Paredes, en general la televisión sí representa a la clase media, pero el déficit discursivo sigue estando en la representación de las clase más bajas, “donde hay muy poca reflexión”, afirmó.

La aparición de la izquierda en la TV

1622432_10152538390573167_2284524679362007890_oUna de las novedades de “Pituca sin Lucas” es la aparición de una familia con identidad de izquierda, donde los hijos se llaman Salvador, Fidel y Gladys (en honor a grandes figuras de la izquierda) y los libros de marxismo se ven por doquier. Llama más aún la atención pensando en que la teleserie es parte de un canal históricamente de derecha en términos políticos.

Como guionista, Pablo Paredes sostiene que “hay temas socio-políticos de un país de los que la ficción no se puede abstraer, ni siquiera las teleseries. El 2006 y luego el 2011 cambiaron la mirada social”.

Sin embargo, recordó que a los canales de televisión realmente no les interesa mucho de qué hablan los productos de ficción, sino que estos productos sean consumidos. “Eso da la paradoja de que los temas de índole social, que tienen alto consumo, son apoyados por gestiones empresariales”, señaló.

En algunas escenas, Gladys es estudiante de medicina pero su identidad política está representada por una izquierda no tan tradicional -como podría ser el Partido Comunista- sino por las nuevas identidades de izquierda estudiantil. Sobre esto, Orellana comentó que el “lo que hace MEGA es honesto al reconocer que esto existe y es legítimo”.

El sociólogo e investigador interpreta la inclusión de estos contenidos en la teleserie como un proceso en que este país está empezando a mirarse como realmente es y no como se imaginaba que era, con una gran clase media. “Hay un trauma de mirar la realidad” aseguró y advierte que “Pituca sin Lucas” le achunta ya que “ese segmento no es reconocido como parte de la clase media más acomodada, como tradicionalmente se cree”.