La mañana de este sábado el Ministerio de Salud de Brasil informó que el guineano Souleymane Bah, internado desde el viernes en Río de Janeiro, dio negativo en la primera prueba de ébola.

El paciente, según el reporte del Gobierno, está asintomático y en buen estado y continuará aislado hasta que se tengan resultados de un segundo examen, para el que se le tomarán muestras de sangre este domingo, 48 horas después del primero.

Bah dejó Guinea, uno de los países más golpeados por el ébola, el pasado 18 de septiembre, un día después llegó a Brasil y el pasado jueves acudió a un centro médico en Cascavel, en el estado de Paraná (sur) relatando que en la víspera había sentido fiebre, tos y dolor de garganta.

En paralelo, Teresa Romero, la auxiliar española de enfermería contagiada por el virus, se encuentra consciente y habla con el equipo médico que la atiende en el Hospital Carlos III donde se encuentra ingresada, según ha informado el gobierno de ese país. El reporte, en todo caso, está mediado por la ola de críticas al manejo de la crisis de la administración de Mariano Rajoy, tanto por el manejo sanitario como por la opacidad comunicacional.

Ante ambas noticias, la prensa y la opinión pública occidental parecen respirar con más alivio. Poco dicen, sin embargo, del devastador último reporte de la OMS, según el cual 4.033 personas han muerto en siete países, de los cuales solo dos perdieron la vida fuera de África, en España. Lo peor es que se estima que los 8.300 contagiados, según cifras oficiales, podrían ser en realidad más de 20 mil, debido a las precariedades de conteo institucionales en los países donde el ébola ha golpeado más fuerte.

La misma desidia que se aprecia en la opinión pública occidental es la que se adjudica a la OMS, organismo dependiente de Naciones Unidas, que habría actuado tarde y con recursos insuficientes ante las primeras alertas, lo que explicaría en buena parte la letalidad con que la enfermedad se ha diseminado. Las críticas afirman, entre otras cosas, que si el foco hubiera explorado en Europa o Estados Unidos la reacción habría sido muy distinta.

Usted que respira aliviado por el examen negativo al paciente brasileño ¿piensa en los más de 4 mil africanos muertos?