Escocia enfrenta el miedo a la libertad
El referéndum fue acordado en octubre de 2012 entre el primer ministro de Escocia, Alex Salmond, y el primer ministro británico, David Cameron, después de que el Partido Nacional Escocés (SNP en inglés) de Salmond, partidario de la independencia, obtuvo una victoria aplastante en el Parlamento escocés en 2011.
La independencia de Escocia, aunque muchas veces fue alzada como bandera, nunca fue realmente una posibilidad. Hasta hace muy poco. Desde los años 60 se ha seguido un camino políticamente cada vez más lejos de la más conservadora Inglaterra y, sólo en los últimos años, el SNP ha ganado muchos adeptos en la política escocesa, con un fuerte apoyo entre la generación más joven de Escocia.
Después de su victoria en 2011, el SNP se puso rápidamente a organizar el referéndum. Cuando se inició el proceso, las encuestas mostraron que la independencia tenía poco apoyo real entre los escoceses. La opinión generalizada es que la única razón por la cual el primer ministro David Cameron accedió a celebrar el referéndum era porque estaba convencido de una derrota aplastante del independentismo, lo cual fortalecería aún más su posición.
Sin embargo, desde entonces, la adhesión al Sí ha aumentado de manera espectacular, hasta llegar a las encuestas en los últimos días donde se habla de un empate técnico. Un dramático giro de los acontecimientos que tiene en extremo nerviosos a los sectores a favor de la unión. Y a la clase política británica.
Los críticos dicen que no hay manera de que Escocia, si decide independizarse, pudiera seguir en la situación actual en función del tamaño de su economía. Muchos auguran que podría ser un gran desastre financiero, y lo dicen más fuerte a horas del plebiscito.
Mientras la Reina, que tiene la obligación de permanecer neutral en el tema, dijo que ella quiere que escoceses "piensen con mucho cuidado" antes de emitir sus votos. Por otro lado, David Cameron y los máximos dirigentes políticos británicos han implorado a los escoceses que no se vayan, mientras otras celebridades han hecho públicas sus posiciones, como David Beckham en contra y Sean Connery en favor de la independencia.
Si Escocia decide a formar un nuevo Estado, se convertirá en independiente el 26 de marzo de 2016. Hay muchos detalles importantes que necesitan determinar antes, como la moneda, la nacionalidad, las fronteras, la forma de dividir la deuda del Reino Unido, y si la Reina permanecerá como jefa de Estado.
Mientras los chilenos celebran las Fiestas Patrias, Escocia determinará el futuro de su propia nación. Si se marcha, una de las naciones más poderosas del mundo podría ser un poco menos poderosa.