"Ley Súper 8" y la omisión al etiquetado de transgénicos
Entre el 19 de agosto y el 19 de octubre estará en consulta pública en la página del Ministerio de Salud la denominada "Ley Súper 8", que regula el etiquetado de alimentos de acuerdo al contenido en grasas saturadas y sodio, entre otros nutrientes críticos.
Los elementos -calorías, sodio, azúcar y grasas saturadas-, son considerados nutrientes críticos que gatillan enfermedades de alto impacto en la población: diabetes, obesidad, hipertensión, afecciones coronarias y accidentes vasculares, entre otras.
Por ello, pese al intenso lobby realizado por la industria alimentaria y tras más de 5 años de discusión en el Congreso, la nueva normativa que debería entrar en vigencia en julio de 2015 obligará a la mayoría de las bebidas gaseosas, cereales para el desayuno, helados, vienesas, papas fritas y néctares de fruta, entre otros alimentos de alta demanda entre el público infantil, a llevar en sus envases una notoria etiqueta, similar a un “Disco Pare” (pero de fondo negro y letras blancas), que advertirá: “Exceso en calorías”, “Exceso en sodio”, “Exceso en azúcar” o “Exceso en grasas saturadas”.
Si bien existen críticas por la omisión en el etiquetado de otras sustancias incluso más peligrosas como las grasas-trans (utilizados en la producción de alimentos industrializados como margarina, galletas y productos lácteos) y aditivos como nitratos y nitritos (usados como conservante en toda clase de embutidos, los cuales forman nitrosaminas que son cancerígenas), el nuevo reglamento de etiquetado de alimentos supone un importante avance para el derecho ciudadano a decidir de modo informado los alimentos que consume.
Sin embargo, si los objetivos de la Ley 20.606 (sobre etiquetado y publicidad de los alimentos) son proteger la salud de la población y garantizar los derechos de los consumidores, resulta incomprensible que se deje fuera de la discusión el etiquetado de alimentos genéticamente modificados.
El etiquetado de alimentos transgénicos es un tema no menor, se trata del derecho de cada ciudadano a decidir si quiere consumir alimentos de los cuales se desconocen, a ciencia cierta, los efectos que provocan en la salud humana. En septiembre de 2012, la Universidad de Caen, Francia, evidenció tumores cancerígenos desarrollados por ratas alimentadas con una dieta del maíz transgénico de la empresa Monsanto.
Debido a la intenso debate sobre los impactos de los productos modificados genéticamente, más de 60 países en el mundo han optado por reglamentar a nivel nacional la importación y etiquetado de los alimentos transgénicos como medida de resguardo en favor de la salud de la población. Entre ellos se encuentran los de la Unión Europea, Canadá, Japón, China, Corea del Sur, Australia, India, Brasil, Ecuador y Uruguay.
Si bien la consulta pública a la "Ley Súper 8" no guarda estricta relación con el etiquetado de transgénicos, se presenta como una importante oportunidad para que como ciudadanos exijamos el cambio del Reglamento Sanitario y se reponga la obligación de etiquetar los alimentos transgénicos.
Desde el martes 19 de agosto y por un plazo de 60 días (hasta el 19 de octubre), estará en consulta pública el Reglamento de Etiquetado de Alimentos.
Las propuestas y comentarios deben ser enviadas a [email protected], [email protected], [email protected]"
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