Ilusionados y desconfiados: la reacción de los hinchas azules a la espera del estadio
El viejo anhelo de la casa propia podría concretarse al fin para la Universidad de Chile. Durante este jueves, el presidente de Azul Azul, Carlos Heller, anunció que el esperado estadio será construido en el sector de Laguna Carén, ubicado en la comuna de Pudahuel.
La obra, que alcanza una inversión total de 50 millones de dólares, podría terminar con un largo historial de frustraciones para la hinchada de uno de los equipos más importantes del país. Sin embargo, aunque la noticia fue presentada con bombos y platillos -y con la presencia del rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez- recientemente, el director de Obras de la Municipalidad de Pudahuel, Ricardo Gallardo, señaló que la dirigencia no ha realizado aún ninguna presentación formal al respecto.
Actualmente, no obstante, ningún miembro de la dirigencia se ha pronunciado y la noticia sigue abultando su información: maquetas, financiamiento y otros detalles se han dado a conocer con el paso de las horas y podrían sellarse este lunes.
Por el momento, buena parte de los hinchas se muestran desconfiados e incrédulos ante el nuevo escenario. Además, aseguran que estarán atentos al desarrollo del proceso, sus implicancias y lo que significa el arribo de Carlos Heller a la conducción de la sociedad anónima, objeto de múltiples críticas durante los últimos años.
Tras su llegada a la concesionaria, anteriormente dirigida por José Yurazseck, Carlos Heller redactó una carta a los hinchas azules donde manifiesta sus deseos y compromisos.
En la misiva, se destaca la idea del dirigente de realizar “una gestión inclusiva, en la que todos tendremos un espacio; nuestros dirigentes, jugadores, hinchas, accionistas, las divisiones menores... Seremos una Universidad de Chile más abierta y cercana”.
Además, Heller, señaló su interés de implementar una gestión social, “en donde las inquietudes de la hinchada sean representadas”.
Para muchos hinchas, sin embargo, la consigna es ver para creer. Si bien, la noticia de la construcción del estadio no pone triste a nadie en la hinchada azul y este es uno de los ofrecimientos más serios, “hasta no ver los documentos firmados por la concesionaria ni las autoridades respectivas, seguirá siendo solo voladores de luces”, señaló Alfredo Lundin, hincha azul y conductor de un programa radial de seguidores del equipo, llamado “El no oficial”.
En tanto, aparte de la desconfianza inicial, otros bullangueros muestran sus críticas ante el hecho de que el esperado estadio llegue de la mano de la cuestionada Sociedad Anónima.
“Esto implica que el recinto no será parte del patrimonio del club, por la simple razón de que tal club no existe. Es frustrante saber que el estadio no es, en rigor, de la U, sino de Azul Azul. Esa es la parte inquietante de todo esto, la gota de amargura en una noticia que, en otros tiempos, habría sido totalmente dulce”, argumentó Andy Zepeda, quien participa de la Asamblea de Hinchas Azules, quienes se organizan con la intención de recuperar el club para sus seguidores.
El vínculo con la Casa de Bello
Uno de los focos más interesantes tras la noticia de la construcción del estadio es el renovado vínculo con la Casa de Estudios. Según lo anunciado por Heller junto a Víctor Pérez, el recinto deportivo se construirá en los terrenos de la institución universitaria y funcionará a modo de arriendo.
Por su parte, la universidad instalará un completo club de campo para la comunidad universitaria, cuya construcción será financiada con los ingresos que otorgará el acuerdo con el equipo. Dicha gestión provoca reacciones de todo tipo en la hinchada.
“Que haya un acercamiento entre la administración del club y la Universidad de Chile sin duda es positivo. Es un anhelo de un grupo de hinchas, sobre todo de quienes tienen mayor consciencia del legado histórico de la Universidad de Chile, pero el impacto que eso tenga está por verse”, manifestó al respecto Daniel Albornoz, uno de los voceros de la Asamblea de Hinchas Azules.
Otros, en tanto, aseguran que la institución universitaria advirtió el potencial de negocio del fútbol y esta alianza estratégica tiene su principal motivación en el dinero que se podrá obtener.
Así lo señala uno de los conductores de “El no oficial”: “Lo digo con el fundamento de que, desde que se generó la concesionaria, la Casa de Estudios siempre tuvo dos sillones en el directorio de Azul Azul S.A. y jamás se pronunciaron acerca de ningún tema”.
Según Lundin, durante el período de funcionamiento de la Corfuch hubo una disputa con la universidad porque ésta trató de quitarle el nombre y sus emblemas al club. Sin embargo, a la llegada de la concesionaria, esto fue transado por un acuerdo económico.
¿La hinchada al bolsillo?
Una de las principales preocupaciones para los bullangueros que se han organizado en contra de las dirigencias de Azul Azul, es que la noticia del nuevo estadio termine mandando a la basura el trabajo realizado y comprando, de algún modo, la satisfacción de la hinchada.
Según señalan, la concesionaria está intentando realizar un lavado de imagen que tiene, entre otras expresiones, la llegada de Carlos Heller al directorio, y otras medidas como el reciente anuncio del Carnet Amigo Azul. Así, más allá de las necesidades propias de los hinchas, este tipo de medidas contribuye a mejorar la compleja relación con los seguidores de El Bulla.
“Con lo del estadio, ahora Azul Azul aparece como de lo mejor que nos ha pasado en nuestra historia”, comentó Andy Zepeda. Sin embargo, en espacios como la Asamblea de Hinchas Azules (AHA), las críticas se mantienen y también las intenciones de concientizar a sus pares respecto a la lógica del fútbol como negocio.
Daniel Albornoz, uno de los voceros de AHA, señaló, por su parte, que la evaluación que se hace acerca de la gestión de la administradora y de la distribución de poderes dentro del club son cosas distintas. Esto, finalmente pasa por el protagonismo de las Sociedades Anónimas y su funcionamiento: “donde el poder está solamente representado a través del dinero, porque ni siquiera los accionistas minoritarios tienen representación, eso no ha cambiado. Que vayan a hacer un estadio o no, eso no cambia y la crítica se mantiene”.
En el tablón, muchos son los que no se olvidan de las estrategias de Azul Azul para llegar a dirigir un club que, por generaciones, perteneció a todos los amantes del equipo. Sin embargo, ya muestran experiencia y saben que no es la primera vez que, ante malas temporadas futbolísticas, las dirigencias prometen un estadio, el que sigue siendo un punto débil del alma bullanguera, pero no transa los valores de la totalidad de la hinchada.
“Como agrupación, familias, camaradas y amigos, seguiremos intentando recuperar, al menos, el respeto a lo que es el principal y único patrimonio de la Universidad de Chile: su gente”, señaló Ludin.