Trabajadores de Asmar enfrentan semana crucial de movilizaciones
La movilización de los 804 trabajadores de Asmar, que hoy completa 43 días, tiene una larga data. La empresa fiscal -de patrimonio propio-, pertenece directamente al Ministerio de Defensa y con eso, establece dependencia con sus trabajadores. Ellos desde 2001 tienen la posibilidad de sindicalizarse gracias a una modificación del Código del Trabajo, pero no a la negociación colectiva y menos a paralizar sus actividades.
Los trabajadores de la empresa enfrentan una condición particular: no son empleados fiscales, pese a que deben tratar sus problemas y demandas con la Armada. Aún así, desprovistos también del derecho a negociar colectivamente sus intereses, comenzaron a exigir el derecho a influir sobre los términos remuneracionales de sus contratos. Ahí comenzaron los problemas.
“Con la excusa de que nosotros no tenemos derecho a negociación colectiva, ellos nos comenzaron a imponer un marco regulatorio, creado por ellos. Pero el procedimiento era hecho por marinos, imagínate cómo era. No teníamos derecho a protestar, ni a aplaudir, ni a juntarnos, ni a organizarnos con el argumento de que nosotros estamos dentro de un recinto militar y etcétera”, explicó el presidente del sindicato, Cristhian Lagos.
Entonces, la Armada fijó como condición básica firmar el marco regulatorio para seguir negociando y los trabajadores decidieron votar la paralización indefinidamente pese a que, según el Código del Trabajo estipulado en dictadura, no cuentan con ese derecho.
Una contundente respuesta
La extensa paralización de los trabajadores de Asmar ha contado con pequeños triunfos: uno de los primeros avances se registró luego de que la empresa aceptara que los sindicalizados realizaran modificaciones al marco regulatorio ofrecido inicialmente. Así, Asmar “aceptó negociar, de una u otra forma, bajo nuestras condiciones, pero empezamos a analizar nuestro petitorio económico y en eso estamos entrampados”, relató Lagos.
Una de las peticiones de los trabajadores es que las políticas remuneracionales de la empresa sean discutidas en conjunto. Hasta el momento, aseguran, nunca han tenido voz en asuntos respectivos a la carrera de los funcionarios, proyección o nivelación en su empleo. Además, exigen que los salarios sean regularizados, acortando las diferencias entre las mismas especialidades.
“Tenemos infinidad de especialidades. Por ejemplo, en carpintería, tenemos 150 carpinteros, donde el que menos gana obtiene 300 lucas y el que más gana, 700 mil. ¿Por qué esa diferencia en el salario?”, preguntó el dirigente sindical.
Por su parte, la empresa entregó lo que llamó su última oferta el viernes pasado: 45 mil dólares para poder repartir los salarios, bonos y la facilidad de un pago en cuotas por parte de los trabajadores –que deben cancelar sus 44 días de huelga-.
El sábado, los sindicalizados votaron la propuesta de Asmar y la respuesta fue contundente: el 97% de los trabajadores decidió continuar con las movilizaciones.
“Yo esperaba que la gente votara pensando en las tripas y no pensando en su cabeza, sobre todo después de estar 42 días afuera, sin plata para la micro, ni para comer en la casa, después de un sueldo cero peso. Y no fue así, yo realmente me emocioné mucho en esa asamblea. La gente votó en un 97% seguir con la manifestación pese a todo lo que nos ha pasado. La votación fue enviada a la empresa y ahora esperaremos la reacción de la Armada”, detalló López.
Expondrán ante el Parlamento
Según el diputado Jorge Ulloa (UDI), ha faltado voluntad de ambas partes para llegar a un acuerdo: “Hemos conseguido que la empresa pueda hacer estos descuentos en varios meses, no necesariamente en uno. Esta es una empresa autónoma del Estado, con características bien especiales, por lo tanto se necesita voluntad”.
Ulloa afirmó que Asmar es una empresa importante para la región del Biobío, por eso urge la solución del conflicto.
“Esta es una empresa importante para todos nosotros, Talcahuano es la ciudad con mayor desempleo, por lo tanto nos interesa y nos importa lo que ocurra con ella”, señaló.
En tanto, el senador Alejandro Navarro declaró recientemente que el conflicto se ha extendido “en demasía” y apuntó sus dardos hacia el ministro de Defensa, Rodrigo Hinzpeter, asegurando que “debe responder”.
“En estos más de 40 días de movilización, quedó certificado que los oficiales uniformados no poseen la competencia de cumplir roles de agentes negociadores; han extendido en demasía un conflicto cuyos costos de productividad por la postergación del tratamiento naviero han resultado innecesariamente perjudiciales para el país”, manifestó.
Durante la jornada, el dirigente sindical Cristhian Lobos asistirá a las comisiones de trabajo de ambas cámaras en el Parlamento, donde expondrá ante las problemáticas que enfrentan los trabajadores. “Voy a decir lo que tenga que decir, pero con todo respeto diré que ellos tienen un deber moral y legal de solucionar este conflicto que lleva más de 40 días”, aseguró.
La huelga de hambre no para
Mientras se desarrollan las movilizaciones, siete trabajadores realizan una huelga de hambre en la catedral de Concepción que ya completa nueve días. Durante el fin de semana, uno de los huelguistas se descompensó y tuvo que abandonar la drástica protesta.
Según Valentina Doniez, investigadora de Fundación Sol, especializada en sindicatos y negociación colectiva, este tipo de manifestaciones son sintomáticas de lo que está sucediendo con el mundo del trabajo en Chile.
“Los trabajadores se ven tan desamparados que tienen que tomar medidas tan radicales y complejas como la huelga de hambre. Esto no es solamente lo que han hecho los trabajadores de Asmar, lo han hecho los trabajadores de Correo y los trabajadores de Starbucks, entre otros”, comentó la antropóloga.
Doniez manifestó que las condiciones laborales en el país hoy “no garantizan el poder de los trabajadores, los fragmentan, les limita derechos, hace distinciones de categoría y todo eso está en la ley. Es un sistema diseñado para quitar derechos y poderes a los trabajadores”. La especialista recordó que el derecho a negociación colectiva y huelga se encuentra “cercenado” desde la dictadura.
Hasta el momento, según señalan, han contado con la solidaridad de personajes del mundo político, sindical y social. Sin embargo, recalca Lobos, otra cosa es “el discurso político. Nadie, absolutamente nadie, ha formulado un discurso político para con nuestras demandas. El comité central de la CUT podría decir públicamente un comunicado donde ellos dijeran que respaldan nuestra huelga, por ejemplo. Algo tan simple como eso nadie lo ha hecho”.
Por ahora, los trabajadores están a la espera de una nueva oferta de la empresa que reconozca la rotunda votación del sábado pasado.
“Los trabajadores y trabajadoras, cuando estamos organizados, somos indestructibles. Tenemos la esperanza de que esta semana se pueda resolver el conflicto”, declaró el dirigente.