Agua, luz, gas, transporte y comida: Los explosivos aumentos de precios tras la llegada de Macri a Argentina
Durante las últimas semanas, Argentina volvió al foco de la noticia económica tras sufrir una fuerte devaluación del peso, que reaviva el fantasma del colapso experimentado en 2001.
El presidente Mauricio Macri, quien en su campaña comprometió una baja de la inflación y la estabilización de la economía del país, sostuvo que se trata de un histórico déficit heredado y llamó a la gente a "dejar de gastar más de lo que tenemos".
Para enfrentar la situación, el presidente argentino ha liderado un ajuste del gasto fiscal que creció durante el gobierno de Cristina Fernández. Sin embargo, la inflación del país sigue siendo la segunda más alta de América Latina, después de Venezuela
Las protestas han despertado de la mano de la aceleración de la inflación, que venía cayendo, y del encarecimiento de los servicios públicos. De hecho, solo en el primer cuatrimestre del año, los precios ya aumentaron en un 9,6%, según el Indec.
Desde que el gobierno de Macri asumiera en diciembre de 2015, una serie de productos han aumentado su costo para las familias al otro lado de la cordillera. Esto, en contraste con lo ocurrido durante años de kirchnerismo, cuando las tarifas de gas, electricidad y agua en Argentina se posicionaron como una de las más baratas del mundo.
Los expertos señalan que el aumento en las tarifas de servicios públicos se trasladó a su vez a otros precios. En abril pasado, el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) publicó un informe detallando los aumentos, que en el caso del gas natural subió en un 930%, mientras que la energía eléctrica experimentó un aumento de 920% y el agua corriente de 683%.
Además, el gobierno anunció nuevos aumentos que significarían un alza de precios acumulado -entre 2015 y 2018- de 1.490% en electricidad y 1.297% en gas.
El transporte público también vivió un alza, que provoca que los colectivos de corta distancia, muy populares entre las clases trabajadoras, hayan aumentado su costo en un 207%. El tren urbano, en tanto, el transporte más barato del país, subió en un 224% y el Subte de Buenos Aires en un 66%.
Los especialistas aseguran que los argentinos que ganan el salario mínimo destinan el 21% de sus ingresos a cubrir los servicios públicos, es decir, una quinta parte de su sueldo. En 2015, estos gastos representaban solo el 6% del salario.
A la vez, los peajes han aumentado su costo en un 455% desde 2015 y los usuarios aseguran que no hay indicios de mejoras viales. Del mismo modo, el precio de la gasolina se incrementó en un 94% desde que asumió Mauricio Macri, pasando a ser el segundo país con el combustible más caro de América Latina, después de Uruguay.
Por último, los costos de la alimentación también se han hecho sentir sobre la población. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), uno de cada tres alimentos básicos aumentó de precio por encima de la inflación. Los productos más encarecidos -con aumentos sobre el 100%- son la carne, leche, aceite, harina de trigo, azúcar, tomate o lechuga, considerados los más consumidos por los argentinos.