Marco Antonio, el antihéroe: Crítica a

Marco Antonio, el antihéroe: Crítica a "Una vida política" de ME-O

Por: El Desconcierto | 24.09.2017
Marco Enríquez-Ominami acaba de publicar su autobiografía "Una vida política" (Debate, 2017). La obra, lanzada en medio de la campaña de su tercera aventura presidencial, abarca un rango variado y disímil de experiencias vividas por él y por otros. Lo último llega al punto de la angustia al no escatimar en palabras para referirse a Miguel, su padre, y lo que su sombra representa para él.

El género autobiográfico requiere, en principio, que el lector transe con el autor. Si su vida no está descrita por un tercero que pueda limitar, hasta cierto punto, la cantidad de sesgos que se ponen en juego, hay que tener fe en la narración y el narrador.

Esto cuesta bastante al leer “Una vida política”, la autobiografía del candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami. Su tercer intento por llegar a La Moneda viene acompañado de este registro de su vida, el que abarca un rango variado y disímil de experiencias vividas por él y por otros. Lo último llega al punto de la angustia al no escatimar en palabras para referirse a Miguel, su padre, y lo que su sombra representa para él. Si lo que pretendía era marcar una distinción tajante entre dicha figura y su significado en la historia de Chile, no lo logra del todo. El primer capítulo de este libro, llamado “El Elegido”, entra en los detalles de la vida y muerte de Miguel, en la condición opresiva de tener un padre invisible –citando a Susan Sontag en el epígrafe–, y en cómo el autor considera que él también es soldado en una guerra, sólo que en otro campo: la política. “Sin proponérmelo, estoy imitando: he creado un partido (…) que en algún sentido funciona más como un movimiento que como un partido. ¿No es eso irónicamente muy parecido al MIR?”, nos pregunta ME-O.

Llama la atención, además, el esfuerzo que pone Enríquez-Ominami en contar su infancia en París integrando la crudeza del exilio y las diferencias culturales. Habla de sus amigos magrebíes y senegaleses, de la educación liberal en la Francia de Giscard que le posibilita sentirse uno más entre todos –a diferencia del rótulo de “Elegido” que él mismo utiliza–, de sus aventuras adolescentes en una de las ciudades más importantes del mundo, siendo nadie.

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Este es el momento en que la autobiografía se mezcla con la agenda programática del autor en tanto candidato pues teje, entre sus anécdotas, reflexiones sobre la importancia de una educación gratuita y heterogénea. Gracias a ella, dice, es un hombre abierto, libre de prejuicios y que aspira a que Chile conceda las mismas oportunidades para todos sus ciudadanos. Y la fe del principio casi se ve compensada, hasta que la mala práctica de nombrar a gente conocida –namedropping– sin razón aparente es llevada a la exageración. Conforme avanza el libro, Enríquez-Ominami se extiende largamente en su parentesco, informando al lector que las ramas de su árbol genealógico pueden rastrearse a los orígenes de la oligarquía en Chile, a la vez que intenta –sin éxito– insistir en el rol de niño terrible, a sus 44 años: el audiovisual, el que se empareja con un rostro televisivo, entre otros rasgos que, suponemos, le otorgan cercanía al pueblo que afirma amar en la última página.

Quizás es más conveniente tomar esta obra no como una autobiografía, sino como algo más cercano a la novela. La vida de Enríquez-Ominami es particular y está salpicada de eventos extraordinarios que, sin duda, son entretenidos. Sin embargo, no hay muchos rastros que ésta vida sea, en efecto, una vida más política que la de cualquier otra persona. Las culpas, miedos y deseos del autor son novelescos, después de todo, porque la novela es un género burgués.

Una vida política
Marco Enríquez-Ominami
Debate
276 páginas
Precio de referencia: $15.000