La apuesta intercultural del Hospital Exequiel González Cortés: Un aporte más allá de la atención médica
Platos peruanos, ecuatorianos, colombianos, haitianos o bolivianos, además de los tradicionales chilenos. Es la variedad que ofrece el servicio de cocina del Hospital Dr. Exequiel González Cortés a sus pacientes. Esta iniciativa, un tanto inusual en un centro hospitalario de la red pública, es una de las propuestas del Comité de Interculturalidad que surgió desde hace siete años en el establecimiento pediátrico.
“Trabajamos la capacitación de comidas típicas y postres con un enfoque multicultural, que vaya más allá de aprender el plato, sino que nos puedan traspasar qué representatividad tiene para ellos este plato, su origen”, explicó a El Desconcierto la coordinadora del Comité, Julia Fuentes.
El organismo nace a partir del programa de hermandad hospitalaria que el centro chileno sostuvo hace ya nueve años con el Hospital del Niño Dr. Ovidio Aliaga Uría de La Paz, en Bolivia. Su principal objetivo es “dar una atención integral a los niños y familias hospitalizadas no sólo desde el punto de vista sanitario, sino también de su identidad cultural y necesidades particulares”, recordó Fuentes, una de las trabajadoras sociales del hospital. “Se habla no sólo de migrantes sino también de cualquier niño que en términos culturales sea diferente al que habitualmente atendemos acá”, precisó Fuentes.
La celebración del año nuevo mapuche, la inclusión en el tratamiento del uso de las hierbas medicinales de la comunidad –cosechadas en el propio huerto del hospital–, o la capacitación de profesionales en créole son algunas de las actividades que el hospital lleva a cabo de la mano del Comité de Interculturalidad.
Ubicado en la comuna de San Miguel, el Hospital Dr. Exequiel González Cortés atiende a un volumen importante de personas inmigrantes. “Cinco años atrás, la atención intercultural no era tema, pero empezamos a darnos cuenta de nuestra población mapuche y aimara, y del aumento considerable de atenciones a niños haitianos”, señaló la directora del hospital, María Begoña Yarza, al frente de su cargo desde 2009.
La responsable del centro indicó que pese a que “los temas de Bolivia no son traspasables a Chile porque nuestra población mapuche tiene requerimientos distintos a los que tiene la población étnica boliviana, la adopción de las prácticas culturales y de salud de otras culturas cercanas se convirtieron en un aspecto primordial para el hospital”.
Un valor añadido que ofrece el establecimiento y que permite resolver situaciones que sin una mirada intercultural serían mucho más complejas: “En algun rato estuvimos trayendo niños de Palestina. Lo que aparecía como una barrera insalvable, una mamá musulmana que no quería que una mujer atendiera a su hijo varón, se hizo salvable. ¿Cómo le explicábamos a la madre que su hijo tenía que atenderse con una mujer porque no había ningún hombre? Esto sólo es posible hacerlo con éxito porque se plantea el debate de la interculturalidad”, ejemplifica Yarza.
Nueve años cooperando con Bolivia
[caption id="attachment_133527" align="alignnone" width="800"] / Hospital Dr. Exequiel González Cortés[/caption]
El acercamiento del Hospital Dr. Exequiel González Cortés con el Hospital del Niño de La Paz Dr. Ovidio Aliaga Uria comenzó a gestarse de la mano de la Agencia de Cooperación Internacional de Chile y se concretó en 2008.
La firma del convenio de hermandad y cooperación entre ambos se enmarcó dentro de la política de relaciones exteriores que definió el Gobierno de Chile con los países vecinos. Fue durante el primer gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, cuando se estableció la agenda de los 13 puntos para explorar generar una dinámica nueva a partir de la cooperación para la salida de gas natural boliviano a través de puertos chilenos.
Uno de los ámbitos de cooperación era la salud. “El Minsal nos señaló a nosotros, que habíamos tenido una experiencia de cooperación en Francia, con Montpellier, que fue muy positiva, para llevar a cabo ese proyecto”, relató María Begoña Yarza.
Ambos centros, de características similares, se propusieron trabajar coordinadamente en un programa de mutua colaboración que partió con un enfoque marcadamente clínico (procesos, tecnología, etc.) y, poco a poco, fue madurando e incorporando una mirada más social.
“Al inicio la relación estaba tomando una dinámica de nosotros enseñábamos las técnicas y el Hospital del Niño aprendía. Pero desde hace 4 o 5 años nosotros estamos aprendiendo mucho de Bolivia”, asegura la directora. “De repente, aparecieron con un programa y una reforma de salud que hablaba de la interculturalidad, reconocimos algunas prácticas y decidimos ir a meternos. Ahí se abrió un mundo para nosotros”, apuntó.
Marcela Zubieta es infectóloga de niños y niñas con cáncer y, desde mediados del año pasado, coordina el programa internacional del hospital. Es una de los más de 200 funcionarios de ambos países que han participado en los intercambios.
“Bolivia tiene más años de manejo en el área intercultural y es interesante para nosotros. Los bolivianos trabajan de forma muy integral y nunca desechando las prácticas de sus etnias y culturas originarias”, afirmó la doctora.
Las “misiones” a las que participa el personal sanitario son estadas de una semana, basadas en programa consensuado con las autoridades de los servicios que se visitan. Se viaja en grupos de tres o cuatros personas, que incluyen médicos, técnicos, administrativos, enfermeros, etc. “La interculturalidad no tiene un sesgo de profesión, todo el mundo puede tener una mala actitud intercultural hacia a una persona”, aseguró Yarza.
Un 15 por ciento de los profesionales del Exequiel González Cortés han participado en las más de 30 de misiones que se han llevado a cabo desde sus inicios hasta hoy. “Quedan los vínculos con los profesionales de allá y se generan relaciones de largo aliento”, dijo la facultativa.
Fuera del choque diplomático
[caption id="attachment_133528" align="alignnone" width="800"] / Hospital Dr. Exequiel González Cortés[/caption]
En los últimos días el conflicto diplomático entre Bolivia y Chile se intensificó hasta el punto que este martes el canciller chileno, Heraldo Muñoz, llegó a denegar el visado diplomático al ministro de Defensa boliviano, Reymi Ferreira, por haber llamado a boicotear la compra de productos chilenos y haberse referido a Michelle Bachelet en términos ofensivos.
Sin embargo, los vínculos entre ambos establecimientos son un claro ejemplo de construcción en común y aprendizaje mutuo al margen de las hostilidades que se dan en el contexto político internacional. “En países con conflictos políticos y diplomáticos, habla muy bien de ambos centros de salud el hecho de que seamos capaces de dejar a un lado estos malentendidos, para mejorar la vida de la salud de los niños y niñas de América Latina”, aseveró Marcela Zubieta. “Ellos están por encima de cualquier conversación”, agregó.
Comparte su mirada la doctora Yarza. “A pesar de las declaraciones que hemos escuchado, algunas muy fuertes, nunca nadie a tenido una actitud de no querer ir a Bolivia”, reconoció. Y añadió: “El tema no se toca y cuando se ha tocado ha sido con alta altura cívica”.
Por eso, la directora hospitalaria aseguró que el proyecto va “viento en popa” y que la mirada intercultural seguirá siendo uno de los puntos fuertes del establecimiento. “Es un importante beneficio para los niños, niñas y adolescentes de Bolivia y Chile”, subrayó. “Ambos países nos parecemos mucho, culturalmente, nos hemos aprendido a querer y a respetar entre ambos equipos, nos tenemos un cariño y este convenio es bien indestructible”, insistió.
Desde el área de relaciones internacionales del hospital apuntaron al próximo mes de abril como fecha estimada para llevar a cabo otra nueva misión en Bolivia. Mientras, desde el Comité de Interculturalidad, Julia Fuentes señaló que su desafío para este año es trabajar más con la comunidad gitana: “No tenemos un porcentaje muy alto de miembros de esta comunidad, pero en la campaña de invierno, llegan bastantes mamás gitanas con sus bebés y el sólo hecho de indicarles que los niños tienen que quedarse hospitalizados les produce rechazo”, indicó la coordinadora del Comité.
85 mil millones de inversión
El Exequiel González Cortés se creó en 1956 como hospital general de adultos y en 1962 pasó a ser un hospital pediátrico. Bautizado en homenaje al profesor de Medicina, diputado y senador, el centro fue el primero en lograr la acreditación en Calidad y Seguridad y, en 2012 y 2013, fue considerado por el Minsal como el mejor hospital de la red pública.
Gracias al Plan de Inversiones en Salud del Minsal, el hospital mejoró considerablemente sus infraestructura y logística. Las instalaciones se trasladaron a un nuevo edificio que casi cuatriplica la superficie anterior: de los 14 mil metros cuadrados pasaron a 52, en una inversión que costó unos 85 mil millones de pesos.
El Exequiel González Cortés forma parte del prometido y ambicioso plan del Minsal que contempla dejar construidos 20 nuevos hospitales, otros 20 en edificación y 20 más en etapas de licitación y diseño, además de 332 recintos de Atención Primaria de Salud. El centro sanitario se incluyó en el primer paquete y ya tiene su nuevo recinto prácticamente listo. “Estos desarrollos nos permitieron darle un carácter no sólo a la infraestructura, sino también al modelo de atención”, comentó Yarza.
Un modelo que insiste tozuda y acertadamente en empapar todo el establecimiento de interculturalidad, más allá de los meros espacios de intervención y atención al usuario. “El nuevo edificio es un viaje por Chile. El primer piso es la Antártica, el segundo la Araucanía, el tercero la Zona Central, el cuarto las playas de Copiapó y el quinto el desierto. También hay 17 murales pintados por la comunidad, jóvenes haitianos, dominicanos, peruanos y gitanos de las once comunas”, detalló la responsable máxima. Y cerró: “Es una expresión de interculturalidad plasmada hasta en las paredes”.