Antibióticos e industria salmonera: Reportan primer caso de resistencia bacteriana a Oxitetraciclina

Antibióticos e industria salmonera: Reportan primer caso de resistencia bacteriana a Oxitetraciclina

Por: El Desconcierto | 04.07.2018
La Piscirickettsia salmonis, patógeno bacterial que genera las mayores mortalidades de salmones de cultivo industrial para la exportación que se crían en agua de mar, estaría siendo resistente a la oxitetraciclina, un antibiótico de alto espectro. En comparación con Noruega, Chile emplea 700 veces mas antibióticos por tonelada de salmón de cultivo, teniendo solo la mitad de la producción de salmones que el país nórdico.

Un reciente artículo publicado en Frontiers in Microbiology, una de las más importantes revistas científicas a nivel internacional sobre microbiología, reporta el primer hallazgo de una cepa resistente del patógeno bacteriano Piscirickettsia salmonis a la oxitetraciclina, antibiótico de amplio espectro.

Los investigadores de la compañía ADL Diagnostic Chile señalaron que "nuestro objetivo fue obtener información sobre la genética subyacente al desarrollo de la resistencia a los antibióticos por Piscirickettsia salmonis, patógeno bacteriano de los peces, y agente causal de la piscirickettsiosis salmónida, y el principal objetivo de los antibióticos utilizados en la cría de salmón en Chile".

Los científicos agregaron que “con el propósito de conocer el mecanismo de resistencia, se llevaron a cabo una serie de análisis genéticos y de secuenciación que permitieron establecer, fehacientemente, que uno de los plásmidos identificados es el responsable del fenotipo resistente a oxitetraciclina”, según publica el portal Mundo Acuicola.

El plásmido -identificado como 'p3PS10'-, se pudo aislar en una cepa de laboratorio de la bacteria Escherichia coli. “Los ensayos de apareamiento muestran claramente que p3PS10 puede transferirse y replicarse en diferentes hospedadores, lo que confiere fenotipos similares a los encontrados en el huésped original. De acuerdo con los datos epidemiológicos, esta cepa se distribuye en todos los entornos de acuicultura en el sur de Chile y es probable que sea responsable de las fallas en el tratamiento con oxitetraciclina”.

Los investigadores indican que “este trabajo demuestra que P. salmonis es más versátil de lo que se pensaba, capaz de transferir horizontalmente ADN, probablemente desempeñando un papel como vector de rasgos de resistencia entre la población bacteriana de agua de mar".

La investigación fue financiada por el proyecto Corfo 14IDL2-30005, posibilitando que investigadores de ADL Diagnostic Chile pudiesen aislar una gran cantidad de P. salmonis. Entre esos aislados, llamó la atención un grupo que evidenció un fenotipo “no silvestre” (non-wild-type) a la oxitetraciclina.

Máximo problema de salud pública generado por el cultivo industrial intensivo de salmones

Además de baja susceptibilidad a la oxitetraciclina, el análisis indica que el plásmido presenta genes de resistencia a otros antimicrobianos, tales como el cloranfenicol, sulfametoxazol-trimetoprim y estreptomicina, lo cual confirma su multirresistencia a antibióticos, lo que había sido publicada por ADL el año pasado (Bohle y col, 2017).

El origen del plásmido es incierto, por lo que se estima que su transferencia de genes resistentes estaría ocurriendo hacia otras bacterias. Ello implicaría el surgimiento de nuevas cepas bacterianas patógenas resistentes a la oxitetraciclina. Sin embargo, la baja tasa de transferencia registrada en condiciones de laboratorio, permite deducir que el traspaso de p3PS10 a patógenos humanos sería improbable.

Desde la empresa ADL aclaran que, si bien no se han hecho nuevos aislamientos desde 2017, la identificación usando el sistema ATBPLEX® indica que siguen detectándose casos de SRS causados por la cepa de P. salmonis clínicamente resistente a oxitetraciclina.

La adicción de industria salmonera chilena a los antibióticos

Durante el 2016, según el Sernapesca se utilizaron 382.500 kg. de antimicrobianos asociados a una producción de 727.812 tons de salmónidos. En este mismo período, Noruega sólo utilizó 523 kg. de antimicrobianos para una producción de 1,3 millones de toneladas de salmón. Es decir, en Chile se empleó 700 veces mas antibióticos por tonelada de salmón de cultivo, con la mitad de la producción de salmones en comparación con el país nórdico.

En relación al Septicemia Rickettsial Salmonídea (SRS) en los centros de cultivo chilenos, P. salmonis tiene la particularidad de ser un patógeno intracelular, lo que ha dificultado la efectividad de las tradicionales estrategias de emplear grandes volúmenes de antimicrobianos. Por su parte, las diferentes vacunas que se han desarrollado -con un alto financiamiento público-privado-, no han tenido buenos resultados, siendo el SRS la mayor causa de mortalidades de orígen bacteriano en la fase de engorda de salmones en agua de mar.

Los principales antimicrobianos utilizados en los monocultivos industriales de salmónidos en Chile son florfenicol (82,5 %) y oxitetraciclina (16,8%), los que se emplean mayoritariamente en la fase de engorda de peces en el mar (95%). De manera complementaria se utilizan la eritromicina (0,3%) y flumequina (0,3%). Las enfermedades que justificarían el empleo precautorio y desmedido de éstos antibacterianos son la SRS (89,3%), y la enfermedad bacteriana del riñón o renibacteriosis (10,1 %).

Chiloé: El laboratorio de la resistencia bacteriana

Veinticinco años de producción intensiva de salmón de cultivo industrial han convertido al archipiélago de Chiloé en un laboratorio de la resistencia bacteriana y sus efectos en la cadena trófica, biodiversidad marina, salud pública, los trabajadores y sus familias. Existe creciente evidencia científica que concluye que, a mayor empleo de antimicrobianos, mayor es la biorresistencia. A ello se suma al hecho que los antimicrobianos utilizados en la acuicultura industrial son de larga vida y tienen la capacidad de modificar la flora bacteriana normal en los seres humanos.

El principal riesgo para la salud pública derivado del empleo indiscriminado de antibacterianos de parte de la industria salmonera es el aumento de genes de resistencia, ya sea por contacto con los ambientes acuáticos y terrestres en el que se desarrollan las bacterias que se van seleccionando, fruto del uso sistemático y masivo de antimicrobianos. Esta situación es similar a la que ocurre en ambientes hospitalarios en los que hay una fuerte presión de selección. El propio salmón de cultivo puede diseminar las bacterias que se han hecho resistentes hacia personas, otras especies silvestres y los ecosistemas acuáticos y terrestres.

Para el director del Centro Ecocéanos, el médico veterinario Juan Carlos Cárdenas, “el presente reporte de Frontiers in Microbiology se suma a anteriores investigaciones realizadas en la región de Los Lagos, detectando residuos de tetraciclinas y quinolonas en peces silvestres, mientras que los antimicrobianos contenidos en el alimento medicado y las fecas de los salmones que se emiten al medio acuático, transfieren genes de resistencia a las bacterias existentes en el sedimento marino contiguo y adyacentes a los centros de cultivo”.

Resistencia bacteriana y la campaña #SalmónQuímicoChileno ¡Fuera de nuestro menú y de nuestro mar!

Las organizaciones sociales y comunidades costeras chilenas que participan de la campaña "Fuera de nuestro menú y nuestro mar", impulsada por el Centro Ecocéanos, respaldan las acciones impulsadas por la campaña internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), tendiente a la protección de la salud pública y el medio ambiente frente al empleo abusivo y no regulado de antimicrobianos y la consiguiente lucha contra la amenaza de la resistencia bacteriana, y demandan lo siguiente:

• Defensa de la seguridad alimentaria nacional mediante la promoción del consumo de alimentos sanos, seguros y de alta calidad nutricional para el pueblo chileno, proveniente de la pesca artesanal y comunidades costeras. Esto, en contraposición a la importación de los denominados “pescados basura” (tilapia y pangasius), que ya están en los supermercados locales junto al salmón químico chileno.

• Rechazo por parte de los consumidores nacionales e internacionales al consumo de salmón químico industrial por el riesgo que implica para el medio ambiente y la salud de los consumidores, sus familias y comunidades.

• Prohibir el empleo preventivo (profiláctico) y masivo de antibióticos en la producción de salmónidos en Chile, concordante con el establecimiento del Plan Nacional e Internacional de Vigilancia Epidemiológica a la Resistencia Bacteriana implementado por la Organización Mundial de la Salud.

• Implementar un sistema de etiquetado informativo a los consumidores de salmón sobre origen, empleo de antimicrobianos y otros químicos en su ciclo productivo, además de elementos usados en la dieta del salmón de cultivo.

• Eliminar el salmón químico provenientes de granjas industriales de los menús de restaurantes responsables e informados, y que los Chefs privilegien las especies de peces silvestres de origen artesanal, no sobreexplotados y capturados con artes de pesca selectivos.

• Aplicar una moratoria indefinida a la expansión territorial y productiva de los contaminantes centros de monocultivo industrial de salmones y truchas en los ríos, lagos y áreas marino-costeras de las regiones de Bío Bío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Aysén y Magallanes. Paralización del proceso de entrega de más de 300 solicitudes de concesiones de salmonicultura en las prístinas aguas de la región de Magallanes.

• Establecer estándares internacionales para las condiciones laborales, contractuales, de higiene y seguridad de los trabajadores y trabajadoras ens centros de cultivo, plantas procesadoras y buzos de la industria de cultivo intensivo de salmónidos.