El historial de desencuentros entre Branislav Marelic y las cuatro consejeras del INDH que gatillaron su destitución
Cuando el día de ayer el ex director del Instituto Nacional de Derechos Humanos, Branislav Marelic, fue consultado por El Desconcierto sobre quiénes habían sido las personas que se opusieron a su gestión, fue enfático: "Son las cuatro mujeres que hay en la institución. Esto no es ningún secreto, ha salido en la prensa y consta en las actas".
Fue una relación que partió mal de origen. Cuando el 1 de agosto de 2016 Marelic fue electo por el Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos como su nuevo director, precisamente esas cuatro consejeras fueron los únicos cuatro votos con los que Marelic no contó. Tampoco contaría con ellos en una serie de votaciones que posteriormente marcaron el año y medio que lideró en la institución.
¿Quiénes son las consejeras? Una es Margarita Romero, médica y presidenta de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad; otra es Carolina Carrera, psicóloga y presidenta de la Corporación Humanas; Debbie Guerra, antropóloga con estudios en el Centro de Estudios Feministas Avanzados de la Universidad de Minnesota; y Consuelo Contreras, quien asumió la dirección del INDH luego de desempeñarse como directora ejecutiva de la Corporación Opción, el organismo colaborador del Sename que más recursos recibe en subvención del Estado (ver infografía sobre las OCAs del Sename).
Fue una semana después del nombramiento de Marelic que Consuelo Contreras realizaría una exposición sobre el Sename. Entre sus recomendaciones estuvo el realizar una "misión de observación", algo que traería una serie de repercusiones.
Antes de eso, vino una de las primeras decisiones polémicas. El 22 de agosto el nuevo director anunciaba que se bajaría a sí mismo el sueldo en un 24%, dejándolo en un monto bruto de $5.500.000. De inmediato, las consejeras Carrera y Contreras plantearon la necesidad de que se fijaran criterios permanentes en torno a cómo se determina esa remuneración, de modo que no quedara al antojo de cada director nuevo. Se terminó aprobando la determinación, con el voto en contra de Contreras.
La directora ejecutiva de Opción en ese entonces declaró que convendría revisar las contrataciones de asesores por parte de la dirección. Días después, Margarita Romero calificaría de excesivos el número de asesores de Marelic, y que le llamaba la atención que los mantuviera a la vez que se bajó a sí mismo el sueldo por estar sobre los estándares. Otros consejeros dirían que su número de asesores no dista mucho de los que tenía la ex directora, Lorena Fries.
En medio de esa discusión, consta en el acta: "La consejera Guerra señala que ella siente un discurso personalista de parte del Director y que eso genera una brecha en la relación con el Consejo. Sostiene que lo que hay que visibilizar es el trabajo del Instituto".
Cerca de ese mes, Marelic tuvo también un viaje al III Encuentro de Observadores de Unasur. Para cuando volvió, la consejera Contreras señaló que para esos casos esperaba que "por deferencia y respeto se informe con antelación a quien se encuentre subrogando", ya que se había enterado del viaje una vez que le pasaron para que firmara un informe de contraloría sobre el cual no tenía mayores antecedentes.
El tema de mayor roce entre Contreras y Marelic vendría justo después.
Votos en bloque contra la metodología del informe Sename
[caption id="attachment_188624" align="alignnone" width="945"] Consuelo Contreras (indh.cl)[/caption]
El 17 de octubre de 2016, el entonces director del INDH presentó una ambiciosa propuesta metodológica para la "misión de observación" por parte del organismo a todos los centros del Sename. Argumentó que los datos podrían generar un sistema de alerta temprana en torno a vulneraciones.
Más allá de algunos reparos iniciales sobre posible revictimización, las consejeras -y algunos consejeros- pusieron una alerta inmediata sobre el hecho de que no se considerara a Consuelo Contreras, con su experticia en el tema desde la Corporación Opción, para elaborar la propuesta.
La primera que encendió la alarma fue Carolina Carrera, pero no fue la única. "La Consejera Romero señala que el planteamiento la toma por sorpresa y que el hecho de que la consejera Consuelo Contreras no haya sido convocada para discutir la propuesta le llama la atención, pues ella fue definida como representante del INDH en estos temas. La Consejera Romero se pregunta cuál es el rol de los y las Consejeras al momento de decidir proyectos de gran envergadura", consta en el acta del encuentro.
Por su parte, Contreras partió criticando duramente la propuesta, argumentando: "Lo que se aprobó fue una misión de observación y no un estudio (...) los niños son sujetos de derechos y no objeto de estudio". La directora ejecutiva de Opción descartó inhabilitarse desde un inicio del debate, ya que su organismo colaborador no cuenta con residencias y se enfoca en los programas ambulatorios. Quien sí lo hizo fue el consejero Miguel Amunátegui, ya que su hermana Alicia es directora de la Protectora de la Infancia.
Contreras planteó dudas sobre la pertinencia de que el INDH realizara un estudio así, señalando que más bien lo debería realizar una universidad. Añadió que parte de la información que se busca ya existe en Tribunales de Familia y en el Informe Nacional de Visitas a Hogares de Sename. La consejera es más severa al señalar que la propuesta de Marelic "está al filo de los límites éticos". Las consejeras Carrera, Romero y Guerra hicieron eco de los planteamientos de su compañera e insistieron en que se escuchara su voz experta.
El debate giraría en torno a si se encuestaría o no a niños, niñas y adolescentes (NNA) en el proceso, algo a lo que las consejeras se oponían tajantemente. De hecho, en la sesión del 7 de noviembre de 2016 -donde además Marelic habló de un costo total de $90 millones en la propuesta-, aprobarían la hoja de ruta pero se abstendrían del punto de las entrevistas a NNA las consejeras Contreras, Guerra y Romero. Carrera tuvo que marcharse antes de la votación.
Dos semanas después, en un voto de descontento, las cuatro se abstendrían también de votar sobre el equipo de expertos para la misión de observación.
El 19 de diciembre, a pesar de que las expertas Josefina Martínez y Andrea Vacarezza advirtieron cierto riesgo de victimizar a niños, señalaron que "el no preguntarles o no visitarlos es notablemente más grave". Sin embargo, la consejera Guerra volvió a recalcar que "le molesta y le preocupa que en este caso no se considerara la expertice en el tema de la consejera Consuelo Contreras".
Nuevamente llegó la hora de votar el componente de entrevistas a niños y Contreras dejó un extenso texto que resumía las razones de su abstención. Hubo otras dos abstenciones (Carrera y Romero) y un rechazo (Guerra).
El penúltimo rechazo en bloque respecto al Informe Sename se dio el 16 de enero de 2017, cuando las cuatro se abstuvieron de votar la aplicación del instrumento institucional respecto a la misión de observación. Y el último rechazo fue el 23 de enero, respecto al instrumento para NNA del mismo estudio, donde además dejaron constancia de su voto de minoría.
Esta semana, una vez que ya Marelic había salido de la dirección, el dilatado Informe de las visitas del INDH a los centros del Sename fue aprobado por unanimidad.
Cuestionamientos al rol del ex director
Entre los aspectos que se más han criticado estos últimos días sobre la dirección de Marelic, está el hecho de que pasara por alto la autoridad del Consejo a la hora de tomar ciertas decisiones. En una nota de prensa del Instituto, la nueva directora Consuelo Contreras mencionó como ejemplo la exposición de Marelic ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Efectivamente, como se lee en el acta de la sesión del 19 de junio de 2017, Contreras manifestó su "disconformidad de que el director haga una presentación ante un órgano político sin consultar al órgano directivo superior del Consejo". Opinión que fue respaldada por la consejera Carrera.
Un mes después, el 24 de julio, las consejeras reprocharían a Marelic el no haber incurrido en ciertos temas durante una reunión con la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, tales como la toma del INDH o haber incurrido en una interpretación errónea de que la consejera Contreras hubiese votado en contra de que se hicieran las visitas al Sename, cuando "sus reparos son con la metodología de trabajo con niños y niñas".
Pero el día en que realmente hubo tensión fue el 11 de septiembre. Previamente, el director del INDH había tenido una reunión con Michelle Bachelet, por lo que destacó que parte de esa reunión se hubiese tomado en cuenta en la tradicional ceremonia conmemorativa.
Sobre la reunión, Margarita Romero señaló que fue muy cordial y llana, pero que creía que "habría sido importante informar a la Presidenta de manera más explícita sobre las demandas de los ex prisioneros".
La consejera Carolina Carrera fue más severa, y habló derechamente de que en la reunión hubo "poca consistencia institucional por parte del INDH, hubo mucha debilidad respecto del manejo de información y cifras". Por si fuera poco, agregó que en la ceremonia en La Moneda el instituto no fue nombrado, notando un debilitamiento en la institución.
Marelic solicitó expresamente dejar en acta su discrepancia con la consejera, destacando que el objetivo de la ceremonia es destacar conmemorar a Salvador Allende y a quienes estuvieron con él en La Moneda el 11 de septiembre de 1973.
Molesta, Carrera le respondió que no necesitaba que el director le fuera a explicar el sentido del acto del 11 de septiembre, ya que conoce perfectamente la historia.
Por si fuera poco, después vendría otro momento tenso al discutir dos temas: el ser parte o no de la comisión de recalificación de víctimas de prisión política y tortura; y la entrega de las carpetas de las personas que serían calificadas a la Subsecretaría de Derechos Humanos. Para el director, el primer punto no le correspondía al INDH -algo que asegura que se sometió a discusión en el Consejo- y el segundo era técnicamente engorroso, por lo que prefería hacer una entrega digital de los antecedentes por un tema de costos de impresión.
Ahí fue cuando Margarita Romero se le fue en contra, al señalar que lo expuesto por el director no se había discutido, lo que le parecía una falta de respeto. Además, dijo que le parecía inaceptable que el director dijera que no era posible entregar los antecedentes a la Subsecretaría.
Marelic manifestó que no le gustaba el tono que estaba tomando la conversación y llamó a mantener el respeto en el Consejo.
Estas son algunas de las muestras de la relación del ex director del INDH con el Consejo y la permantente oposición de Romero, Contreras, Guerra y Carrera. La decisión de destituirlo, tomada el lunes pasado, contó con el voto de otros cuatro consejeros. Solo Eduardo Saffirio y Miguel Amunátegui apoyaron a Branislav Marelic.
José Aylwin, uno de los directores, aclaró su posición en el sitio web del Observatorio Ciudadano: "En lo personal lamento la remoción de Branislav Marelic de la dirección del INDH, en los términos en que se dio. El que haya ocurrido en los términos señalados, sin embargo, es fundamentalmente su responsabilidad. Al respecto me parece importante señalar que no solo concurrí con mi voto a su elección como director el 2015, sino que colaboré como consejero con su gestión".
Luego agregó: "No obstante lo anterior, y como se lo señalé en más de una ocasión, Branislav Marelic impuso un estilo de gestión institucional personalizada, poco colegiada e integradora del consejo del INDH, adoptando decisiones o realizando actuaciones no aprobadas o no informadas al Consejo, en contraste con la propuesta de gestión colectiva y participativa que hizo al Consejo al ser electo como director. Ello por cierto me desmotivó, al igual que a otros/as consejeros y consejeras".