Hablan hermanos Trangol tras deponer huelga de hambre: "Esto es un avance en las reivindicaciones del pueblo mapuche"
Alegría existe entre familiares y amigos de los comuneros mapuche Benito, Ariel y Pablo Trangol. Esto luego de conocer el anuncio del gobierno que desclasifica la Ley Antiterrorista para los comuneros que, sin pruebas en su contra, están siendo inculpados por su supuesta participación en la quema de una iglesia evangélica en Padre Las Casas. Por esta razón, decidieron deponer la huelga de hambre que llevaron a cabo durante 116 días como media de presión para obtener un juicio justo.
Es la noche del viernes 29 de septiembre al interior de la ruca del Hospital Intercultural de Nueva Imperial. El pesar y la preocupación que reflejan los rostros de amigos y familiares de Benito Trangol dan cuenta del grave estado de salud en que se encuentra. Son cerca de las las 20:30 horas cuando nos recibe Robinson Trangol, hermano de Benito, quien hasta ese momento aún se mantenía en huelga de hambre y seca, con su salud agravándose minuto a minuto.
“Mi hermano está mal”, dice Robinson mirando al suelo en una actitud de profunda tristeza. “El doctor dice que el azúcar está en niveles tan bajos que él puede irse en cualquier momento”, continúa, asegurando con voz suave y resignada que su hermano está dispuesto a morir.
Robinson nos pide que lo esperemos al interior de la ruca del hospital. Cuando lo hacemos, pasamos a integrar un grupo de unas 50 personas -casi todos mapuche- que esperan expectantes junto al fuego alguna noticia sobre el estado de salud de Benito.
[caption id="attachment_166896" align="alignnone" width="640"] Benito Trangol durante una audiencia / Agencia Uno[/caption]
"Mis hermanos han sido siempre inocentes"
Tras unos 45 minutos vuelve a aparecer en el umbral de la puerta. Con el rostro iluminado y una enorme sonrisa en sus labios, Robinson pide la atención de los presentes y anuncia que acaban de informarle que el gobierno accedió a las demandas de los huelguistas.
“Me pone muy contento que la presidenta nos haya escuchado porque mi hermano Benito estaba a punto de morir, tanto así que ayer tuvieron que trasladarlo desde la Cárcel de Temuco hasta el Hospital de Nueva Imperial, con motivo de su delicado estado de salud”, declama.
Tras ser consultado por las razones que mantienen a sus tres hermanos privados de libertad, Robinson Trangol se remitió a señalar: “mis hermanos han sido siempre inocentes, a ellos se los está inculpando porque hay mucho racismo acá y no existe ninguna prueba que los inculpe. Aquí apresan a cualquier mapuche armando montajes, porque no encuentran a los verdaderos culpables”, espetó.
24 horas más tarde, Benito Trangol nos recibe en la pieza que comparte con Alfredo Tralcal, otro de los huelguista imputado por el Caso Iglesias. Hacemos ingreso junto a Daniela Cheukekoy, ayudante de machi y facilitadora intercultural del jardín Infantil de Nueva Imperial.
La pieza tiene tres camas, en una está Alfredo Tralcal y en silla de ruedas Benito. Ambos llevan más de tres meses sin comer y a pesar de ello mantienen un buen semblante, transmitiendo bondad y sobre todo humildad en sus palabras. Cuesta entender que estén siendo juzgados como terroristas.
Tras las respectivas presentaciones, Benito levanta suspicacias respecto de si lo estamos grabando. Muestra desconfianza por la imprudencia de la periodista, quien pregunta sobre hechos y situaciones que él no puede responder en ese momento, pedimos las disculpas correspondientes y continuamos la conversación.
Benito manifiesta su agradecimiento a los mapuche que se han movilizado en distintas partes del país por este caso y recuerda el día en que fue detenido en las cercanías de la comunidad donde vive, señalando que solo supo el motivo de ésta en los tribunales de justicia.
"Únicamente tenemos nuestros cuerpos para manifestarnos"
Un par de horas después, Alfredo Tralcal y los hermanos Pablo y Benito Trangol emitieron un comunicado público tras la medida anunciada por el gobierno.
En el texto agradecen las diversas formas de manifestación y el apoyo recibido mientras duró la huelga. "Sin ellas no hubiera sido posible resistir este difícil proceso y fueron fundamentales para ser oídos por el gobierno chileno", declaran.
Además, en la misiva reconocen la huelga de hambre como un mecanismo válido para expresar su descontento. "Únicamente tenemos nuestros cuerpos para manifestarnos, frente a un sistema injusto, que vulnera nuestros derechos como mapuche", sostienen.
Los ahora ex huelguistas hacen énfasis en que el gobierno se comprometió a recalificar como delitos comunes los hechos por los que se les imputa, a derogar la Aey antiterrorista, modificar las normas de la prisión preventiva, además de solicitar la modificación de su medida cautelar.
Sobre su estado de salud, los comuneros señalan que tanto Benito Trangol como Alfredo Tralcal sufrieron consecuencias de salud que son de carácter "irreversible".
"Despues de 116 días en huelga de hambre, hemos decidido deponer nuestra medida de protesta, entendiendo que éste es un triunfo no sólo nuestro ni de nuestra familias, sino un pequeño avance en las reivindicaciones del pueblo mapuche", sostienen los comuneros en la declaración.
Para cerrar exigen el mismo actuar del gobierno para "otros casos donde se aplica injustamente la Ley Antiterrorista al pueblo mapuche".