Álvaro Alvear, el profesor con cáncer que la Municipalidad de Lo Espejo despidió bajo la figura de "salud incompatible"
El profesor Álvaro Alvear Figueroa (55) tenía claro que el 1 de marzo, cuando volviera al Liceo 110 -Centro Educacional José María Caro, en el que ha impartido clases de historia durante más de 29 años- iba a ser una de dos: o sería su primer día de clases, o el último.
Informado días atrás por colegas del Colegio de Profesores de que, según les habían dado a entender en una reunión con el departamento de Educación de la Municipalidad de Lo Espejo, se venían al menos once despidos por "salud incompatible" en colegios municipales, partió temprano a la Inspección del Trabajo.
-Usted no puede ser despedido de forma verbal, vaya a su lugar de trabajo y exija firmar. Si no lo dejan firmar es porque está despedido, haga que se lo notifiquen - le recomendaron.
Siguiendo aquellos pasos, Alvear entró al Liceo 110 de la población José María Caro. Hace años que había hecho una serie de malabares para que sus graves enfermedades -un cáncer que combate desde 2010 con ayuda de la Fundación Arturo López Pérez y una fractura de rodilla con lesión osteocondral- no le hicieran sumar seis meses de licencia. A veces incluso había arriesgado su propia recuperación.
Lo anterior por miedo a que se le aplicara la ley 18.883, la cual estipula en su artículo 149 que: "El alcalde podrá considerar como salud incompatible con el desempeño del cargo, haber hecho uso de licencia médica en un lapso continuo o discontinuo superior a seis meses en los últimos dos años, sin mediar declaración de salud irrecuperable".
Los miedos del profesor se confirmaron de inmediato en el colegio ya que, cuando le pidió a la directora Mónica Caroca Vivar el poder firmar su día de trabajo, ella le negó esa facultad.
Ante esto, Alvear esperó en el patio del colegio a que le notificaran por escrito su despido. En un momento vio pasar a tres abogados hacia la oficina de la directora. Acto seguido, y para su completa sorpresa, apareció Carabineros.
Según dijeron los mismos policías, iban a desalojar a "un extraño" según les había sido notificado por teléfono. Jamás imaginaron que ese "extraño", en lugar de ser un delincuente, era en realidad un profesor de más de 29 años de trayectoria en el liceo. Fue él mismo quien tuvo que explicarles la situación.
Por otro lado, los abogados instaban a los carabineros que se llevaran a Alvear, aduciendo que estaba "ejerciendo ilegalmente la profesión".
Sin embargo, uno de los carabineros era esposo de una profesora de la comuna, por lo que no tardó en ponerse en el lugar de Alvear.
-A mí me llamaron para otra cosa, no para llevarme a un profesor -dijo a los abogados, y luego se dirigió al profesor - ¿Qué es lo que busca profesor?
-Que me notifiquen mi despido - respondió Alvear.
El desalojo no se produjo, la directora no reapareció y la notificación escrita nunca llegó. Al otro día, la recomendación de la Inspección del Trabajo fue clara: dése por notificado y váyase a juicio.
Un cobro de cuentas
"Profe, a usted lo van a echar porque nos apoya", le decían a Alvear desde hace ya un tiempo los estudiantes del Liceo 110 a Alvear.
El profesor siguió muy de cerca el proceso de toma de los alumnos en junio de 2016 y, de hecho, fue el único que recibió un arbitrario descuento de un día de trabajo por parte de la dirección del liceo en ese tiempo, siendo que el resto de los profesores se fue a su casa al ver la toma.
Cosas como esta, según revisó El Desconcierto, ya habían sido denunciadas por el profesor en el Concejo Municipal de Lo Espejo.
En la sesión del 9 de agosto de 2016, Alvear había ido con la presidenta del Centro de Estudiantes de ese entonces, Allison Palominos, a denunciar las irregularidades que habían seguido a la toma, la falta de internet para los alumnos y el constante hostigamiento que había sufrido de parte de la directora.
El 110 y su directora salen a discusión constantemente en el Concejo. A modo de ejemplo, en el del 16 de agosto de 2016 el concejal Carlos Soto denuncia un trato "brutal" de parte de la directora a sus trabajadores y en el del 4 de octubre de 2010 se denuncia que Mónica Caroca suspendió por dos meses a un muchacho del colegio por tener sarna.
En vista de esto y de que Álvaro Alvear fue dirigente comunal del Colegio de Profesores por dos períodos desde el 2000 al 2005, además de delegado de escuela, sabía que en cualquier minuto podrían echar mano a las licencias por su cáncer y lesión para desvincularlo por la ley 18.883.
"Esta ley, maldita le dicen algunos, no discrimina si estás con una enfermedad catastrófica, no importa. Teniendo seis meses, no discrimina, pero queda a arbitrio de la Municipalidad. Entonces es que es una espada de Damocles: 'si tú te portas mal, te tenemos esto guardadito'", asegura el profesor en conversación con El Desconcierto.
-¿Crees que tus denuncias influyeron en tu despido?
-Lo de salud incompatible es la excusa para despedirme, porque están a arbitrio del empleador. Lo grave de mi despido es que durante el año pasado yo ingresé varias acusaciones en contra de mi directora por acoso laboral e hostigamiento. A días de la última denuncia que puse me despidieron. El decreto de vacancia del cargo es 6 días después de esa denuncia. Esto es un cobro de cuentas.
-¿Cómo ves hoy lo que te pasó, teniendo en cuenta que no eres el único pasando por algo así?
-Lo mío es lo menos complicado. Todos me dicen que conmigo hay un ensañamiento. Pero hay colegas que nunca se han metido en nada, que tienen cánceres, que están a un año o menos de jubilar y los despiden. Otro colega en el liceo tuvo un problema en el cerebro, se jubilaba ahora en marzo y lo despidieron. Por lo menos tenemos dos o tres casos de profesores despedidos en el año en que jubilaban.
-Y en tu caso, ¿cómo te ha afectado personalmente lo que te ocurrió este 1 de marzo?
-Obviamente afecta el estado de ánimo, y esos temas subjetivos potencian el tema del cáncer. A principios del año escolar uno se prepara para los gastos... por último que nos avisen en diciembre para en enero y febrero buscar trabajo, y no ahora que todos los colegios tienen sus equipos formados. Que te avisen en marzo es amarrarte las manos. Pero estoy tranquilo, más que con pena con indignación y rabia. Me mantengo firme en mis convicciones de que hice lo correcto. Si me reintegrara haría lo mismo.
-A propósito de tu caso, ¿qué opinas de procesos como el de la desmunicipalización?
-Nosotros de hecho éramos una comuna piloto para la desmunicipalización, que no nos gusta porque no es lo que queríamos. Se crea un órgano intermedio, como son las agencias locales. No volvemos al Estado, sino que sigue estando al margen entregando solamente recursos y prácticamente como mismo lo hizo. No apoyamos este proceso de desmunicipalización pero sí lo veíamos como una forma de salir de malos municipios de Lo Espejo.
-¿Cuál es tu evaluación de la gestión de Miguel Bruna?
-Es totalmente autoritaria. No se nos consulta nada, se nos impone. Ellos mismos reconocen que llegan al municipio por haber sido parte de la campaña del alcalde. Hay una falta de idoneidad para los cargos, y eso está bajando los niveles en educación. Mi despido se desarrolló en medio de una administración municipal basada en el abuso, el hostigamiento, la persecución y las irregularidades.