Fútbol-negocio en crisis: Las cifras que muestran el fracaso de las Sociedades Anónimas Deportivas
El 2015 fue un año de contrastes. Chile logró su ansiada corona como campeón de América y consolidó su estatus a nivel mundial, alcanzando el quinto lugar del ranking FIFA. Pero terminó con Sergio Jadue –el ahora ex presidente de la ANFP- autoexiliado en Miami mientras es investigado por el FBI por coimas y manejo de derechos comerciales de la copa y con un renunciado Jorge Sampaoli resistido por la hinchada debido a sus contratos millonarios, firmados a través de sociedades establecidas en las Islas Vírgenes.
Y no es solo eso: los éxitos deportivos de la Roja contrastan con el estancamiento del torneo nacional y la crisis económica que hoy tiene a varios clubes de primera y segunda división contando las monedas cada fin de mes.
El 7 de mayo de 2005 se promulgó la ley 20.019 de Sociedades Anónimas Deportivas (SADP), norma que buscaba ordenar el caos financiero que era el fútbol chileno, graficado en la quiebra del club más popular del país, Colo-Colo, por una deuda que superaba los 22 mil millones de pesos.
Uno de los impulsores de la ley fue el actual presidente de la ANFP, Arturo Salah, quien en la época ocupaba el cargo de director de Chiledeportes. “Lo que se pretende con las SADP es regular y fiscalizar a los clubes, que no aparezcan dirigentes que se lo gastan todo y después se arrancan”, dijo en ese entonces. Paradójicamente, el ex jugador y técnico apareció para reemplazar en el máximo cargo del fútbol chileno al dirigente calerano Sergio Jadue, quien después de que se supiera que estaba involucrado en el escándalo de corrupción de la FIFA, se escapó a Miami de un día a otro sin dar declaraciones.
Los empresarios llegaron al fútbol prometiendo eficiencia, transparencia y fin a la corrupción. El ex ministro de la Concertación y otro de los impulsores de la ley, Francisco Vidal, reconoció en 2013 que "en esos tiempos hubo un lobby transversal para impulsar esta ley. Nos llamaban desde Alberto Espina hasta Andrés Zaldívar, Jorge Burgos y el Presidente Sebastián Piñera para que recibieramos a estos grandes empresarios. No había disenso y todos queríamos salvar al fútbol".
Hoy Vidal reconoce el fracaso absoluto de las SADP. "Impulsamos la ley para salvar a la actividad, pero no ha resultado porque los clubes grandes deben el doble que antes, y el 85% del total están quebrados".
El antiguo modelo de las corporaciones sin fines de lucro estaba marcado por sueldos impagos a los jugadores, estadios que no daban el ancho y corrupción de dirigentes. Pero a 11 años de la promulgación de la ley de las SADP, hoy el fútbol chileno está que explota: Santiago Wanderers y Cobreloa están a punto de declararse en quiebra, Puerto Montt no puede pagar los sueldos a sus jugadores y en Lota Schwager se ha llegado al extremo de que los propios hinchas ayudan a los futbolista con dinero y alimentos.
Y no es solo eso: a la ya sabida corruptela ligada a la administración de Sergio Jadue se suman los otros casos de corrupción que han explotado estos años como triangulación de pases de jugadores en San Felipe y Rangers -utilizadas para evadir impuestos y lavar activos- y las polémicas por la ley de donaciones deportivas, un lucrativo modelo de negocios que beneficia, entre otros, a las sociedades anónimas del fútbol profesional.
Todas son situaciones que las SADP pretendía solucionar.
Un modelo que no funciona
“Cobreloa está quebrado, la gente tiene que saber esa situación”, dijo hace una semana Walter Aguilera, presidente de la comisión de fútbol del cuadro loíno. La crisis llega a tal punto que hace dos semanas, en pleno entrenamiento, tres jugadores del equipo fueron requeridos por un arrendador de departamentos que quería desalojarlos por no pago. Esto debido a un compromiso que asume el club cuando los futbolistas firman contrato, según detalló El Mercurio de Antofagasta.
Pero no es el único equipo con problemas. Por donde se le mire, el modelo hace agua: La Unidad de Control Financiero de la ANFP realizó un estudio de las remuneraciones de los jugadores, que determinó que el total de los 32 clubes profesionales gasta el mismo millonario monto cada 30 días que lo que distribuye el Canal de Fútbol (CDF) cada fin de mes, principal ingreso de los clubes más pequeños. El informe concluyó que los 32 clubes gastan $2.759 millones mensuales, mientras que reciben del CDF $2.500 millones.
Y eso que solo se consideró la remuneración de los futbolistas. Cuerpo técnico, gastos administrativos, mantención del club no fueron considerados. Tampoco el retiro de utilidades por las SA.
La situación es así: la TV asegura más de mil millones anuales de ingresos para los clubes de Primera. Pero para acceder a ese preciado botín, los equipos profesionales gastan lo que no tienen. Para Cobreloa, según publicó El Mercurio hace unas semanas, el 80% de sus gastos corresponde a las remuneraciones del plantel.
Pero la crisis del fútbol está lejos de explicarse por los altos sueldos de los jugadores. Los clubes se han endeudado esperando dineros del CDF, algunos incluso presionando por la rápida venta de la señal a un comprador internacional y un reparto de pagos por la Copa América que nunca llegó.
Y ni siquiera se salvan los clubes grandes. Si bien Blanco y Negro (administradora de Colo-Colo) y Azul Azul (administradora de la Universidad de Chile) pueden mostrar títulos, ventas millonarias de jugadores que hoy son figuras mundiales e incluso reconocimiento internacional -el excepcional título de la "U" en la Sudamericana 2011-, sus cuentas financieras no son tan alegres.
Desde su creación, Blanco y Negro, solo ha operado con ganancias una vez: en 2008, después de las millonarias ventas de Matías Fernández y Arturo Vidal. Azul Azul, por su parte, en 2012, después del triunfo en la Sudamericana y la venta de Eduardo Vargas a Italia.
De hecho, la deuda del Club Social y Deportivo Colo Colo, la que originó la quiebra del club e impulsó la entrada de las sociedades anónimas, aún no ha sido cancelada. Según su último Estado Financiero disponible, el pasivo original con el Fisco de 22 mil millones ha disminuido a 17 mil millones. Esto porque el contrato de concesión estipula que Blanco y Negro S.A. solo utilizará un porcentaje de 3% de los ingresos para cancelar el monto.
El Decano que no da para más
Otro club histórico del fútbol chileno que está en crisis es Santiago Wanderers. El descalabro financiero está abiertamente declarado, pese a que desde la SADP no quieran decir que están en quiebra. Pero los problemas monetarios llevaron al club a pedir pagar parceladamente los sueldos más altos del club -que llegan a sobrepasar los 30 millones mensuales-, situación que fue rechazada por los jugadores. El elevado costo de mantener a figuras de la talla de Carlos Muñoz y David Pizarro le ha costado caro a los caturros.
Pero lo que agudizó la ya delicada situación financiera del club -la S.A. ha tenido perdidas superiores a los 3 mil millones de pesos los últimos 5 años- fue la sorpresiva decisión decisión de Nicolás Ibañez, máximo accionista del equipo, de retirarse de la SADP. El empresario cercano al Opus Dei, admirador de Pinochet y ligado a la colusión de los supermercados controla el 77% de las acciones del club a través de la Fundación Futuro Valparaíso. El pasado 13 de enero anunció que dejará de aportar recursos al club ya que este le adeuda cerca de mil millones de pesos.
El “pataleo” de Ibañez, como lo definen los hinchas del club, lo llevó a pedir una auditoría sobre la situación financiera del club.
Las consecuencias han sido hasta ahora el despido de dos altos ejecutivos como Roberto López y Juan Gutiérrez, el recorte de presupuestos para la concentración del primer equipo en partidos de menor trascendencia y la ausencia de refuerzos para el presente campeonato. Lo cierto es que hoy Wanderers está haciendo malabares para hacer calzar los ingresos con los egresos de dinero. Solo con el despido de Gutiérrez y López se ahorran 180 millones de pesos al año según El Mercurio de Valparaíso.