El dolor infinito de Paula, la joven que pide eutanasia:

El dolor infinito de Paula, la joven que pide eutanasia: "Mi piel, mi cuerpo, mis órganos ya no pueden más"

Por: El Desconcierto | 06.02.2018
El caso de la joven de 19 años ha puesto sobre el tapete la discusión sobre la eutanasia legal: desde hace tiempo, experimenta una dolorosa enfermedad no diagnosticada que asegura que no puede tolerar más. "Esto ya no lo puedo soportar, de urgencia pido esa opción de la eutanasia, porque ya no puedo dormir un segundo", dice.

Hace unos días se conoció la historia de Paula, una joven de 19 años que vive una terrible enfermedad no diagnosticada que comenzó en 2013, con fuertes dolores de cabeza que fueron expandiéndose con el tiempo a todo su cuerpo. Vive con su madre en Talca y desde hace cuatro años solo puede experimentar sufrimiento, por lo que pide su derecho a ser asistida con eutanasia y conseguir una muerte digna. 

Manos agarrotadas, vómitos producto del dolor, rodillas dislocadas y un intenso dolor son parte de la vida cotidiana de la joven. El malestar progresivo partió tras una vacuna que recibió en el colegio, que previene la difteria, tétanos y coqueluche. A los pocos días cayó hospitalizada.

María Cecilia, su madre, vio cómo en menos de un mes la salud de su hija se deterioró bruscamente. Llegaron los espasmos y la rigidez de su cuerpo. Debió dejar su trabajo como profesora y dedicarse a atenderla todo el día. La joven no logra dormir, el dolor la atormenta en todo momento y no existe una posición que la calme.

"Esto es un completo abandono, estoy agotada, cansada, quisiera que esto tenga su fin porque la veo sufrir las 24 horas del día. Yo no soy médico, pero he tenido que prepararme y utilizar todo mi ingenio para poder subsistir. La última esperanza que tenía era la Teletón y ellos bajaron los brazos", contó la mujer a El Mostrador.

Por su parte, boca abajo y con el cuerpo tullido, Paula resume entre lágrimas el sufrimiento que ambas han experimentado en este tiempo: "Mi mamita siempre ha salido adelante, saca fuerzas y sigue adelante por más que sea difícil, pero esto ya no lo puedo soportar, de urgencia pido esa opción de la eutanasia, porque ya no puedo dormir un segundo. Mi piel, mi cuerpo, mis órganos ya no pueden más".

"No puedo descansar porque me voy a apoyar y mi cadera se sale, mi mandíbula. Y me asusto de tanto que he aprendido a soportar el dolor, es demasiado... Yo solo pido descanso", sentencia la joven.

Hasta ahora, han recibido una serie de diversos diagnósticos. Pasando por bronquitis, neumonitis, síndrome depresivo mayor, hipoacusia, escoliosis, encefalitis postvacuna y epilepsia no especificada, entre otros.

El más doloroso ocurrió en Teletón, donde le aseguraron que la joven experimentaba un síndrome conversivo grave, una especie de trastorno psiquiátrico que la hace simular los síntomas. "Estuvieron a punto de internarla en el Psiquiátrico", recuerda la madre. Sin embargo, en la Clínica Tabancura comprobaron que tenía un daño neurológico.

María Cecilia pidió una pensión de gracia a la Presidenta de la República que aún no logra respuesta, aunque desde el Departamento de Acción Social de la Subsecretaría del Interior aseguraron que encuentra aceptada y en trámite.

Ambas luchan por la eutanasia, un procedimiento que no es legal en Chile. Durante años, diversas iniciativas han apuntado a despenalizarla para establecer un mecanismo que respete la voluntad del paciente. El diputado Vlado Mirosevic, quien presentó un proyecto al respecto, seguirá insistiendo este año.